Si bien el 70% de la producción de vodka en Europa proviene de los países Nórdicos, Bálticos y Eslavos, en Inglaterra surgieron destilerías pequeñas que, aunque no pueden competir con las principales productoras en cuanto a volumen, están elaborando productos diferenciados no encontrados en ningún otro lugar del mundo.
Tal es el caso de Black Cow Vodka, proveniente de un rebaño de 250 vacas alimentadas a pasto en un frondoso campo de Dorset, Inglaterra. Paul Archard, director de cine y escultor de Chelsea Arts School, junto a su amigo tambero Jason Barber, descendiente de una de las familias tamberas más antiguas del mundo, crearon un vodka derivado de suero de leche, libre de lactosa y de gluten.
¿Cómo funciona? La leche se destila y se elaboran los derivados. El producto remanente, que antes era considerado un residuo, luego de ser procesado en un destilador de cobre, se transforma en vodka.
“Hacíamos sidra por diversión en nuestro tiempo libre hasta que, en un momento, un amigo polaco nos dijo que se podían elaborar bebidas espirituosas con cualquier ingrediente. Ahí vi cómo se le prendía la luz a Jason y ambos miramos, desde la ventana, las 250 vacas en el campo”, relató Archard.
El vodka a base de leche no es el único producto que se elabora en esta granja familiar; el establecimiento es también el más antiguo en elaboración de queso cheddar en Reino Unido.
“Siempre tuvimos suerte de tener estas hermosas materias primas, pero ahora hay una nueva forma de pensamiento acerca de cómo podemos usarlas de formas diferentes y, tal vez, modificar la norma”, expresó Barber.