emos a diario que todavía no se hace un correcto uso de la tecnología de los alambrados eléctricos. Lo que impide utilizar al máximo las posibilidades que ofrece este sistema. Ya sea por falta de conocimiento, por deficiencias en su instalación y diseño o por la mala elección de los distintos elementos.
Por tal motivo, la propuesta es abordar todos aquellos temas que hagan al correcto uso e instalación de los electrificadores y el manejo de la electrificación de los alambrados. Permitiendo de esta forma mejorar la eficiencia de su prestación y evitar cometer errores que disminuyan su funcionalidad.
Este tipo de alambrado ha demostrado que, a un bajo costo (inferior a un alambrado tradicional), es posible sacarle todo el fruto al campo, dado que se puede controlar el ganado con subdivisiones, aprovechando al máximo toda la superficie del campo.
Es lo opuesto al alambrado tradicional: no es una barrera física sino una barrera psicológica donde el animal no se acerca la segunda vez por la sensación de dolor que se ha grabado en su memoria en su primera experiencia.
“El hombre es el único animal que tropieza varias veces con la misma piedra”.
El equipo, una vez operando, emitirá pulsos de alto de voltaje, de gran energía y corta duración en intervalos de un segundo aproximadamente. Cuando un animal se aproxime a la cerca y la toque, las descargas de alto voltaje emitidas por el equipo ingresarán al cuerpo del animal, pasan por él y terminan en la tierra. Con esto se consigue cerrar el circuito dándole una patada eléctrica y lograr el propósito: alejar el animal del cerco.
Es importante recalcar que el animal memoriza la fuerza de la descarga; por lo tanto, es necesario mantener el alambrado en buen estado, ya que si el animal memoriza un pulso bajo que no le provoca dolor, se acostumbra a ello. Un ejemplo de lo que se debe cuidar se da cuando se tiene el pasto crecido y toca las líneas del cerco, ya que de ese modo, se producen fugas y pérdidas de voltaje.
Los alambres electrificados deben ser tensados levemente y no estirarse como el alambrado tradicional.
Una pequeña panza permitirá un mejor contacto del animal con la descarga y prolongará la vida útil de los accesorios, permitiendo subir o bajar los alambres para el paso de hacienda.
En el momento de elegir el electrificador debe tener en cuenta la potencia del mismo. Cuanto mayor sea la misma, más largos podrán ser los tramos y podrá alambrar una superficie mayor de terreno. Por ejemplo un equipo de 2 joules de potencia le permitirá alambrar aproximadamente 60 kilómetros lineales.
Es importante tener en cuenta otra limitación: cada tramo que parte del electrificador no debería ser mayor al 10% del total de kilómetros que permite alambrar el equipo. O sea, en el ejemplo mencionado, para un equipo de 2 joules cada tramo que parte del equipo deberá ser menor a 6 kilómetros.
La cantidad de hilos a colocar y la distancia entre ellos, dependen de muchos factores tales como ganado a contener, localidad donde se instale el equipo, tipo de alambrado, etc. Recomendamos que consulte su caso particular en el momento de adquirir el equipo electrificador.
Las distintas marcas y modelos de electrificadores que encontramos funcionando, venían especificados para su uso, según su alcance en Km. Es importante destacar que los kilómetros de alambre a electrificar por los equipos no son en línea recta.
Pero como decíamos en párrafos anteriores, la permanente evolución de la industria, hizo que aparecieran en el mercado conceptos nuevos, que utilizan los Joules para medir la energía de salida.
Se logró que los nuevos aparatos sean muy eficientes, porque envían al alambrado pulsos de muy corta duración, lo que admite soportar las perdidas sin ver disminuida su potencial de patada.
Como la descarga que recibe el animal al tocar el alambrado, depende de la energía liberada por el electrificador, cuanto más Joules de salida tenga, mayor será la patada y mayor será la potencia lograda al final de la línea. Por ende mayor será la cantidad de Km. que se podrán electrificar.
Los electrificadores de 220V indefectiblemente deberán estar bajo techo, en un lugar seco, a una altura de 1,80 m, bien visible, fuera del alcance de los niños.
Los electrificadores de 12V pueden instalarse a la intemperie. Pero siempre es aconsejable protegerlos, asegurándonos así la preservación del equipo y de la batería.
Los equipos provistos de panel fotovoltaico, tendrán que ubicarse en lugares abiertos, donde no haya posibilidad de que les de sombra.
Para lograr la mayor potencia en el alambrado lo ideal es instalar el aparato lo más cerca posible al potrero.
El alambre "vivo" que sale dentro del galpón hacia la línea madre, para llegar a los potreros, debe ser galvanizado 17/15, de alta resistencia. Cuanto mayor sea la sección o diámetro del alambre, mejor será su conductividad y menor su resistencia eléctrica.
Para su instalación deben utilizarse aisladores, para evitar el contacto con las paredes, partes metálicas, cañerías, instalaciones eléctricas, a una altura que la ponga fuera del alcance de las personas. Por fuera, con la línea madre, hay que tener los mismos cuidados, evitando los posibles contactos con maquinaria, vehículos y personas.
El alambre galvanizado 17/15 que va a la línea madre se conecta al electrificador donde está indicado "alambrado". En el otro extremo, el que se conecta al alambre a electrificar, se deberá unir firmemente mediante unas 8 vueltas, utilizando una "california".
Es la parte más importante del sistema, porque es la que cierra el circuito. De ella depende la efectividad de la descarga eléctrica que recibirán los animales. Cuando el alambre es tocado, la energía se vehiculiza por la tierra hasta la toma de tierra del equipo, por lo cual es necesario instalarlo en un lugar donde haya húmedad permanente. Para poder recogerlas debemos clavar 3 o más caños galvanizados de una pulgada de diámetro y 2 metros de largo, separados 3 metros entre si. Para conectar los caños entre ellos hay que usar alambre galvanizado 17/15 de un solo tramo, sin empalmes ni añadiduras, firmemente unido a cada caño por medio de un tornillo y tuerca galvanizados y finalmente conectado en el borne terminal de tierra del electrificador.
La tierra o masa se puede hacer clavando verticalmente tres caños galvanizados de 2 a 3 metros de largo separados 3 metros entre sí y conectados siempre con alambre galvanizado, o formando un triángulo.
Es importante tener en cuenta que el oxido no permite hacer buen contacto. Es el causante de una de las perdidas de energía, disminuyendo la intensidad de la patada del alambrado.
Por ello se insiste en la importancia de utilizar materiales de calidad para la realización de todas la conexiones, ya que de ellas depende la efectividad y el rendimiento de nuestro sistema. Es en este punto donde se cometen la mayoría de los errores.
El lugar donde se haga la toma de tierra del electrificador debe estar alejado por lo menos 10 m de cualquier otra toma de tierra, de equipos eléctricos, postes telefónicos o de cualquier edificación que tenga metal en su estructura.
Es elemental también prestar atención en la capacidad de energizador, ya que a mayor potencia, mayor será su necesidad de contar con una buena conexión a tierra. Por ejemplo, para un electrificador de 10 Joules de salida es recomendable usar 7 caños.
Si la tierra que hemos armado es insuficiente o está mal instalada, la consecuencia será una patada deficiente.
En zonas áridas o semiáridas, el sistema de postes metálicos (tipo Facón) o caños permite efectuar el retorno a tierra por el otro alambre. O sea, además del alambre eléctrico o vivo se le agrega otro alambre paralelo al electrificado, que se conectará al borne de tierra del electrificador, y los postes o caños harán de jabalinas a tierra.
En zonas secas o con períodos secos estacionales, la conductibilidad eléctrica a través de la tierra es escasa, impidiendo un retorno de tierra normal. Esto provoca la perdida de la descarga y la anulación del sistema. Para subsanar este inconveniente hay recurrir a plantar 3 o más caños de más de 2 metros de largo, hasta alcanzar una zona de humedad constante, lográndose así una buena conexión de tierra.
Otra alternativa es suplementar la instalación, agregando un retorno a tierra mediante la utilización de alambre. Para ello se instala un segundo hilo a la línea, quedando de esta manera un alambre conductor de electricidad desde el equipo hacia el alambrado (vivo) y otro conductor del retorno, conectado a la tierra del aparato. Para que funcione, el animal necesariamente debe tocar ambos alambres, para que cierre el circuito y se produzca la patada.
En zonas áridas, donde la tierra es prácticamente "impermeable" a la conductibilidad eléctrica y además se requiera la construcción de grandes instalaciones, se puede recurrir al agregado de bajadas a tierra utilizando 2 o más caños galvanizados, cada 1000 a 1500 metros, conectados al alambre de retorno a tierra. Con esto mejoramos la conductibilidad eléctrica y optimizamos el funcionamiento de nuestro sistema.
Para las líneas madre lo ideal es utilizar alambre galvanizado de alta resistencia 17/15 debido a que por su sección ofrecen mayor conductibilidad y menor resistencia al flujo de la energía.
Cuando las líneas madre superan los 2500 metros, o se utilizan electrificadores de mucha potencia, lo recomendable sería utilizar alambre de aluminio, que es un material mucho más eficiente en conductibilidad eléctrica, pero con la desventaja de ser más caro.
Para las divisiones permanentes y parcelas en los potreros se puede utilizar alambre galvanizado 16/14 de alta resistencia y aún de menor sección. Del mismo modo se puede recurrir al alambre redondo galvanizado de mediana resistencia de 1,80 mm de sección.
Para divisiones temporales, no mayores a los 500 metros, se utilizan los carreteles de piolín acerado o plásticos de alta conductividad, con hebras de aluminio o cobre. Con este último se pueden hacer líneas de hasta 1000 metros.
Para el paso debajo de las tranqueras, el cruce de calles o para la conexión de salida hacia el alambrado a electrificar, siempre que sea una corta distancia, un elemento muy efectivo y seguro es el alambre subterráneo aislado. Si bien el blindaje es de alta resistencia, se recomienda además, protegerlo por medio de una manguera o caño plástico.
Cualquiera sea el tipo de alambrado a instalar, antes de comenzar la tarea, es fundamental hacer un diseño del trazado de las parcelas y la línea madre, recordando que a las subdivisiones debe llegarse por el camino más corto.
Arranques, esquineros y estaciones: Son las estructuras fundamentales del alambrado.
Todo tiro recto de alambrado tiene dos extremos, en los cuales se ubican postes esquineros. Cuando los tramos son muy largos se deben colocar postes reforzados intermedios. Estos puntos se llaman quiebres.
La distancia recomendada entre los postes esquineros y/ o quiebres es de entre 250 y 300 m.
La distancia recomendada entre postes intermedios es de 25 a 30 m.
Recomendamos como poste intermedio el poste Facón de acindar por la rápida colocación.
Varillas: Es recomendable colocar 1 o 2 varillas por claro, dándole mayor visibilidad al alambrado y sensación demayor resistencia.
Alambres o hilos: Hay varias alternativas de alambres en el mercado: San Martín 17/15, Fortín 17/15, Invencible 16/14,Baqueano 17/15 o 16/14. En zonas de mucha diferencia térmica, el Baqueano; en zonas inundables o paradarle una máxima durabilidad al alambrado, el San Martín.
Acindar recomienda para el uso de alambrados eléctricos su línea Boyero. Dicha línea esta compuesta por el Boyero 300, el cual se utiliza para alambrados fijos y móviles siendo el mismo muy maleable y fácil de manejar. El Boyero 600 y el boyero 750 se recomiendan para el uso de alambrados eléctricos fijos donde el alambre puede ser que sea tensado sin tener problemas de cortes del mismo. Se debe tener en cuenta que los alambrados eléctricos no es necesario que se encuentre muy tensos ya que funcionan como una barrera psicológica para el animal y no física.
Cualquiera de éstos tiene que estar colocado con aisladores, las nueces o esquineros en el principio y final con cada esquinero y en los postes intermedios con su aislador correspondiente.
Teniendo en cuenta los conceptos de las instalaciones fijas, dentro de ellas o en pastoreos de una sola temporada se recurre a sistemas semipermanentes o móviles con la ayuda del “Carretel” y varillones, los cuales facilitan el manejo y evitan el gasto de los cercos eléctricos fijos. También se utilizan para achicar parcelas ya existentes y obtener un mejor aprovechamiento del pasto.
Durante años se utilizó el carretel con cable de acero, fundamentalmente en tambos que tenían parcelas chicas y hacienda bien entrenada. Al generalizarse su aplicación a hacienda de carne, con parcelas más grandes y alta carga de animales no tan dóciles, comenzaron a aparecer los problemas. El excesivo peso de las varillas de acero y del carretel con 1000 metros o más de cable, su baja conductividad y visibilidad, atentaron contra el sistema, que empezó a dejarse de lado.
La aparición en el mercado de las varillas plásticas y carreteles con cables electroplasticos (de 6 o 9 filamentos de acero), mucho más livianos y de muy buena visibilidad, hace posible un cómodo manejo de estas herramientas, cada vez más utilizadas. Éstos no deben utilizarse en tramos superiores a 500 metros por no ser buenos conductores, pero por su maleabilidad permiten un diseño de parcelas más chicas y, por lo tanto, un pastoreo intensivo para su mejor aprovechamiento.
De todas maneras, en lotes grandes de praderas o campos naturales donde se sabe que la instalación durará varios años y las parcelas no son demasiado chicas, la experiencia indica que lo más conveniente es recurrir a alambrados eléctricos fijos de un solo hilo, dejando el carretel sólo para achicar o modificar algunas parcelas en determinados momentos del año.
Otro elemento de suma utilidad es la llave de corte. Estas permiten planificar el sistema a través de la construcción de sectores. Así se pueden conectar y desconectar las conexiones de las distintas parcelas, permitiendo mantener electrificado el potrero en uso y desconectado los restantes, como a su vez permitir hacer reparaciones en la línea sin deshacer los puentes de unión fijos.
Como regla de oro, recordar siempre que el voltaje debe ser uniforme a lo largo de toda la instalación. Tanto a la salida del elecgtrificador como el último piquete. Cuando algo esta fallando, nos encontraremos con que no tenemos suficiente energía en la línea y por ende la patada será insuficiente o nula. El voltaje mínimo para control es 3000V o 3 Kv.
Para detectar las fallas debemos contar con un voltímetro. Estando el equipo bien conectado y dimensionado, las fallas pueden obedecer a perdidas que se producen en el campo. Aquí cobra importancia la diagramación del sistema por sectores. Esto nos permite trabajar en forma individual con cada uno de ellos y así facilitar la tarea de identificación y solución de los problemas. Si al desconectar un sector el voltaje sube rápidamente, ya sabemos en que sección se encuentra la falla. Así sucesivamente, hasta chequear toda la instalación.
Si nos encontramos con un voltaje disminuido en los piquetes, esta situación puede deberse a que el alcance del equipo haya sido superado, haber hecho malas conexiones, retorno de tierra mal instalado, poca humedad en el suelo o acumulo de pequeñas perdidas a lo largo de la línea. Por lo que es recomendable ser metódico en la búsqueda de los posibles problemas, empezando desde el energizador, la línea madre y los piquetes. A medida que nos acercamos a la pérdida se nota una progresiva y relativa caída del voltaje.
Lo ideal es prevenir, revisando periódicamente toda la línea y haciendo el mantenimiento adecuado. Para evitar las perdidas inducidas por las malezas cuando hacen contacto con el alambre, se recomienda un control químico de las mismas, pulverizando glifosato debajo del tendido del alambre.
Si recorremos la instalación en un vehículo con la radio encendida, cuando nos acercamos a la falla notaremos interferencia eléctrica, siendo proporcionalmente mayor la interferencia cuanto mayor sea la cantidad de perdidas en la línea.
Afinidad Electrica