Debido al aumento en la cantidad de personas que se volcaron hacia el veganismo en la Argentina en los últimos años, Vanina Compagnet abrió Reverde, una parrilla de comida 100% vegana, con un menú en el que sobresalen el matambrito de no cerdo, la parrillada con asado de seitán, el chorizo mariposa, y las empanadas criollas y de “jamón y queso”. Está ubicada en Capital Federal, sobre la calle Montevideo al 40, casi llegando a Av. Rivadavia.
“El local lleva abierto unos 18 meses y nos está yendo muy bien. Tenemos mucha aceptación entre los veganos y los curiosos a quienes les atrae probar algo diferente. Algunos me critican por usar el mismo lenguaje que los carnívoros en mis platos, pero estamos en una cultura urbana y esto es un refugio para los veganos. Mi idea es sumar a otros, que prueben que se puede comer rico sin dañar a los animales”, explica la emprendedora.
Se define como vegano a aquella persona que no acepta usar animales como recurso, ya sea como comida, vestimenta o productos de limpieza y aseo personal. Tampoco aceptan el uso de tejidos de lana, ya que los métodos que se emplean para la esquila de ovejas son muy invasivos. Según un informe del vicepresidente de la Sociedad Argentina de Nutrición, Raúl Sandro Murray, en nuestro país entre el 1% y 2% de la población es vegana o vegetariana, lo que equivale a alrededor de 600 mil personas.
El seitán es un preparado a base de gluten de harina de trigo, que contiene proteínas y muy poca grasa. Compagnet lo condimenta con hierbas, extracto de humo, sal y pimienta, lo deja enfriar, y lo lleva a la parrilla para que se dore. “Antes de ser vegana yo comía carne, me parecía rica. No tengo problema en tratar de imitarla con seitán. Hay algunos veganos que cortan relación con los carnívoros, pero yo no tengo drama en compartir la mesa con personas que están comiendo un asado tradicional”, señala.
Si bien desde pequeña tenía inquietudes en relación al trato de los animales, recién cuando murió su perro decidió dejar de consumir carne y productos que hayan sido elaborados con experimentación animal. “Ser vegano es vivir sin usar a los animales como recurso en ninguna de sus formas”, remarca.
Respecto a los argumentos de los carnívoros, quienes indican que para comer vegetales se cortan plantas y árboles, Compagnet subraya que estos organismos no tienen sistema nervioso central y que los veganos se centran en los seres vivos que sufren.
Por último, Compagnet expresó que está en contra de todo aquel vegano que realice un escrache a una parrilla o pizzería, ya que considera que esa agresividad no es una buena imagen para intentar sumar adherentes al movimiento. Sin embargo, reconoce que la lucha está casi perdida desde el inicio. “Es muy fuerte la industria alimenticia de la carne y los lácteos a nivel mundial. Mi objetivo es demostrar que se puede vivir de otra manera. Si consigo sumar más personas con mi asado vegano ya estoy contenta”, concluyó.