Dos puntanos dijeron presente en La Rotopeña

l zapateo masculino, el zarandeo de la “china” o incluso los chasquidos de los bailarines al unísono mientras hacen una zamba no se aprecian del mismo modo en el escenario de una peña que en la virtualidad de los encuentros. Sin embargo, eso no le impidió a Anyelina Agüero y a Lautaro Albornoz obtener el primer premio en el certamen online “La Rotopeña”. Los dos adolescentes supieron cómo traspasar la pantalla para transmitir la pasión y el amor que les genera el folclore, como si estuvieran arriba de las tablas con el público alentándolos.

Los puntanos, que forman parte de la academia Escuela de Danza, deslumbraron a los jueces del concurso nacional y ganaron el primer lugar en la categoría Pareja de danza tradicional para menores de 14 años.

“Fue muy lindo bailar juntos y cuando nos dijeron que ganamos me sentí emocionada porque era la primera vez que competía en pareja”, contó Anyelina, de 12 años. Por su parte, Lautaro (de 14) agregó: “Sentí una alegría inmensa y mucha adrenalina, ya que era la primera vez que bailaba virtualmente”.

Los adolescentes, quienes se consideran mejores amigos, interpretaron una zamba para la primera presentación de la peña. Mientras que para la final, en la que compitieron con una pareja de Corrientes, hicieron una cueca cuyana.

“No hubo limitaciones a la hora de enviar los videos con los bailes. Para el primero armamos el baile en un campo, con un caballo y el paisaje serrano de fondo. En el segundo filmamos en la escuela e hicimos la escenografía con ponchos”, explicó Marcelo Palacio, director de la academia Escuela de Danza, quien agregó que las grabaciones se realizaron de forma casera, con celulares, y el mejor ingrediente: el ingenio.

Si bien la experiencia fue rara para los mejores amigos, también resultó un incentivo para continuar bailando, algo que hacen desde muy pequeños. “Nos gustaría seguir con los concursos porque nos dan mucha experiencia”, explicó Lautaro, quien forma parte de la Escuela de Danza desde los seis años, al igual que su compañera.

Los adolescentes fueron los únicos de la academia que participaron en “La Rotopeña”, sin embargo los alumnos de la escuela de baile no dejaron de mostrar sus pasos de desde que inició la pandemia. “Todo surgió en julio, cuando dábamos clases por Zoom. Empezaron a aparecer eventos virtuales y no dudamos en sumarnos, ya que son los únicos lugares en los que se puede bailar”, comentó Marcelo.

Y así, en categorías individuales o en parejas que fueran contacto estrecho, corrieron sillones y camas, crearon escenarios en sus casas, hicieron filmaciones caseras y se presentaron en competencias de todo tipo de bailes. Ya sea con pasos de folclore, tango, contemporáneo o urbano. El objetivo es nunca dejar de bailar.

El Diario de La Republica