a enfermedad de Sharka fue descrita por primera vez en Europa del Este, especícamente en Bulgaria, en 1917, en plantas de ciruelo. A continuación, en el mismo país, se presentó nuevamente, afectando plantas de damasco en 1932 (Atanaso, 1933). Desde esa época, la
enfermedad ha causado importantes pérdidas económicas en países de Europa. Posteriormente, en la década de los 90 fue determinada en América del Sur, América del Norte y Asia.
Distribución de la enfermedad de Sharka en el mundo. Información actualizada a noviembre de 2019. Los puntos amarillos representan los países, donde la enfermedad está presente con diferentes grados de diseminación.
Esta enfermedad tiene importantes implicancias económicas, pues aun cuando el virus no lleva a la pérdida total de la planta, provoca caída prematura de fruta y aquella que llega a término, sufre una pérdida de los atributos cosméticos y organolépticos que hacen que pierda su valor comercial. Además, la erradicación de las plantas infectadas compromete un costo considerable.
No obstante, la erradicación es absolutamente necesaria, pues estas plantas infectadas son un reservorio permanente de la enfermedad desde donde el virus se disemina a plantas y huertos vecinos.
La Sharka es considerada a nivel mundial una enfermedad cuarentenaria, esto significa una fiscalización del material vegetal (plantas, ramillas o yemas) que se mueven de una región a otra, por lo cual, también hay implicancias políticas que involucran el desarrollo de leyes y normativas nacionales e internacionales que, por supuesto, no están exentas de un costo económico no despreciable.
La sintomatología causada por el virus se puede manifestar en hojas y frutos y, en ciertas ocasiones, se ha visualizado en flores. No siempre la sintomatología es evidente, pues su expresión depende de varios factores como por ejemplo la especie, variedad y condiciones climáticas. La primavera es la mejor época para observar síntomas, ya que las temperaturas no exceden los 30 grados.
En tanto, la sintomatología descrita para ores corresponde a estrías cloróticas en los pétalos, mientras que en hojas se pueden observar anillos y halos cloróticos, como también una clorosis venal. Sin embargo, los síntomas de Sharka en fruta son quizás los que más llaman la atención, pues la fruta manifiesta argollas cloróticas y en algunas especies y/o variedades, deformaciones. La sintomatología en la fruta se manifiesta sólo en la piel a excepción de la fruta del damasco en donde el halo o argolla clorótica se mantiene hasta el carozo.
El agente causal de la Enfermedad de Sharka pertenece a la familia Potyviridae y al género Potyvirus. La estructura de PPV corresponde a una partícula filamentosa y flexuosa de 750 nm de largo y 15 nm de ancho, cuyo genoma está constituido por Ácido Ribonucleico (ARN) de simple hebra en sentido positivo de a lo menos 10.000nt. Este material genético se traduce en una sola poliproteína que es procesada por proteasas codificadas por el mismo virus, en a lo menos diez proteínas virales y cada una de ellas tiene un rol que cumplir en el proceso infeccioso.
La identificación de estas diez razas del virus PPV se basan en diferencias de las secuencias del genoma y análisis filogenéticos. Esto da cuenta de la alta variabilidad genética y capacidad de adaptación del virus a diversos tipos de frutos de carozo y condiciones ambientales. Las razas PPV-M, PPV-D y PPVREC son consideradas las principales, siendo la raza M aquella que manifiesta la sintomatología más severa y la raza D; aquella que manifiesta la sintomatología más atenuada.
Plum pox virus se transmite mediante áfidos en forma no persistente; esto quiere decir que basta con que el áfido realice una picada de prueba en una planta enferma para transmitir el virus al alimentarse de otra planta. La literatura describe alrededor de 20 especies de áfidos capaces de transmitir el virus sin necesidad de colonizar las plantas de Prunus; siendo Myzus persicae una de las especies más eficientes en la transmisión.
Las especies de áfidos identificadas como transmisoras del virus PPV se detallan en el Cuadro 2. Por otro lado, la diseminación a distancia ocurre a través del uso de material de propagación infectado. De allí la importancia del establecimiento de normas que aseguren que los viveros multipliquen material libre del virus.
Finalmente, cabe destacar que no hay evidencias de que el virus se propague por semilla.
El control de la enfermedad de Sharka, al igual que el de todas las enfermedades causadas por virus, es a nivel preventivo; puesto que una vez que un virus ha infectado una planta, es imposible sanearla en campo. No obstante, existen técnicas de saneamiento en laboratorio que se basan en la generación de una nueva planta a partir de un meristemo.
Estas técnicas de saneamiento son costosas y, por lo mismo, no se recomiendan para ser aplicadas a gran escala, sino que para material élite.
La enfermedad de Sharka se disemina a larga y corta distancia, por lo mismo las medidas de control preventivo deben estar establecidas para ambas situaciones.
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