as primeras previsiones de la campaña de mango de este 2020 apuntaban a una menor producción como consecuencia de la climatología. Primero, las lluvias y bajas temperaturas nocturnas de la primavera dificultaron los cuajes y, posteriormente, ya en agosto, la ola de calor que azotó la Axarquía malagueña provocó el quemado de algunos frutos, e incluso, su caída del árbol. Ya entonces, Javier Braun, presidente de la Asociación Española de Tropicales, afirmó que, de las 30.000 Tn previstas, apenas se alcanzarían las 22.000 Tn, casi un 25% menos.
Con la campaña en marcha, las expectativas no solo no han mejorado, sino que han empeorado. “Al mango Osteen de segunda floración le está costando engordar”, lamenta Braun, quien añade que el calibre más pequeño de la fruta está haciendo que “la producción sea bastante menor de la prevista inicialmente”. Según Braun, estos mangos cuajaron más tardíos de lo que cabría esperar y, por tanto, no han alcanzado el calibre necesario.
La nota positiva la ponen los precios que, de momento, se sitúan en torno a 1,30 euros/kg pagados al agricultor; eso en el caso de que el tamaño del fruto sea el correcto. “El mango que se ha quedado fuera de calibre se está pagando en campo a unos 0,40-0,50 euros/kg”, lamenta.
A pesar del problema de calibre actual, los mangos recolectados en la Axarquía hasta la fecha han sido de muy buena calidad, “con el color y el tamaño perfectos”.
El Productor