a producción mundial de mango ronda en las 40 millones de toneladas por año. De ese total, solo el 3% se exporta hacia otros a países, mientras que el 97% restante queda para el consumo local.
La industrialización del mango deja como desperdicio del 35 al 60% del peso total producido. Estos desperdicios incluyen la cáscara y la semilla, además del descarte por selección y la pulpa proveniente de la producción de jugos. Todos estos desechos generan un gran volumen de material que influye enormemente en la contaminación ambiental.
El uso de los residuos de mango en la alimentación de los animales domésticos es una alternativa al problema ambiental y a la reducción de los costos de alimentación.
El mango contiene un gran porcentaje de carbohidratos solubles, ácidos grasos, minerales, proteínas y vitaminas. Además, contienen otros fitonutrientes, como antioxidantes-carotenoides y polifenoles.
Es muy palatable y aceptado por aves, cerdos y rumiantes. La forma ideal de administrarlo a los animales es como tal, sin embargo, los mangos frescos se descomponen rápidamente.
La producción de mangos se da en un momento específico del año, y generalmente coincide con épocas lluviosas y de buena disponibilidad de forrajes. Por lo tanto, es un recurso que abunda en un momento donde no sería tan necesario utilizarlo y no es posible almacenarlo, ya que en pocos días entraría en descomposición, perdiendo su calidad.
En ese sentido, se incursionó en la búsqueda de poder conservar el mango, manteniendo lo máximo posible sus propiedades nutricionales.
Las formas más comunes de conservar los mangos, son el ensilado y la deshidratación. Esta última no es posible de realizar de manera correcta en climas muy húmedos, por lo que se recomienda en esos casos optar por la opción del ensilado.
El ensilaje es una opción de bajo costo, que no requiere de gran infraestructura para realizarlo. A su vez, el mismo puede utilizarse como suplemento o como base de la dieta.
Las semillas de mango tienen una cubierta fibrosa y dura, que contiene un grano rico en aceite (6-16% de MS del grano) y almidón (40-50%).
Si bien las semillas son voluminosas y con un alto contenido de fibra (más del 20%), los granos pueden considerarse como un valioso recurso energético, aunque bajo en proteínas (menos del 10% de MS).
Además, las semillas de mango aportan gran cantidad de minerales como magnesio, potasio, fósforo, calcio y sodio. La semilla no presenta efectos tóxicos, sin embargo, contiene algunos factores antinutricionales como oxalatos y taninos.
Debido al alto contenido de aceite, los granos deben secarse para evitar la ranciedad.
Las semillas de mango pueden usarse frescas, secas o ensiladas y los rumiantes pueden tolerar concentrados con hasta 50% de semillas de mango sin efectos adversos.
Las cáscaras de mango se pueden ofrecer en su estado natural, deshidratadas o ensiladas. Debido a su alto contenido de azúcar, resultan palatables, principalmente para los rumiantes y pueden considerarse como un alimento energético.
La digestibilidad de la cáscara de mango en rumiantes se ubica entre el 70 y 75%. Debido a su bajo contenido de proteínas, la adición de una fuente de nitrógeno o proteína es necesaria para permitir una utilización eficiente de la energía en la dieta.
Para producir un buen ensilaje, las cáscaras de mango deben mezclarse con materiales secos (como heno) y una fuente de nitrógeno (leguminosas o urea) para facilitar la fermentación.
Tabla 1. Composición nutricional de la cáscara y la semilla de mango:
La composición nutricional de los subproductos del procesamiento del mango es extremadamente variable, debido a que pueden provenir de distintas variedades de mango, además de contener diferentes proporciones de semillas, cáscaras y pulpa del subproducto.
Por lo tanto, es difícil proporcionar composiciones precisas o incluso representativas para subproductos de mango.
Como regla general, su contenido de proteínas es bajo: menos del 10% de la MS, llegando algunas veces incluso a estar por debajo del 5%. Sin embargo, el aporte de energía metabolizable es alto, pudiendo igualar al ensilaje de maíz.
Los desechos de la extracción de jugo (que contiene cáscaras, pulpa, semillas enteras y fruta entera), pueden llegar a tener valores de fibra detergente ácida (FDA) superiores al 20% de MS.
Los granos de mango son ricos en taninos, lo que progresivamente conduce a tasas de crecimiento reducidas y a una utilización menos eficiente del alimento cuando se incluye como un componente principal en las dietas para cerdos y aves de corral.
Además contienen:
Existen varios tratamientos para eliminar los taninos y los glucósidos cianogénicos, como por ejemplo: el remojo, la ebullición, el tratamiento con HCl o NaOH, la esterilización en autoclave o el HCl seguido de Ca(OH)2.
De acuerdo a varios trabajos, se demostró que la digestibilidad de los granos de las semillas en rumiantes es alta, (cerca del 70%), sin embargo, su palatabilidad es baja, posiblemente debido al alto contenido de taninos.
La cáscara de mango tiene una mejor aceptación que las semillas entre los rumiantes, al igual que la fruta entera o su ensilado.
Cabe recordar que cualquiera sea la forma de administración del mango, el contenido de proteína siempre es bajo; por lo que debe ir acompañado de una fuente proteica.
Sanon et al. (2013), demostraron que una ración compuesta por un 10% de granos, mezclados con cáscaras de mango, paja de arroz y suplementados con urea, resultó en ganancias diarias de peso aceptables en ovejas.
Al igual que otras frutas de tamaño similar, las frutas de mango pueden ser peligrosas para el ganado cuando se tragan enteras, ya que pueden alojarse en el esófago y causa obstrucción y posterior meteorismo (hinchazón).
Para los cerdos los mangos enteros son muy palatables, sin embargo, no se recomienda la administración de granos por su alto contenido de taninos. El ensilaje de frutas puede ser útil para alimentación porcina fuera de temporada. Las cáscaras de mango secas, incluidas al 10% en las dietas de terminación para cerdos no tuvieron efectos perjudiciales en relación a la conversión de alimento o al rendimiento de los animales (Rao et al., 2003).
En los pollos de engorde, la inclusión de harina de grano de semilla de mango crudo disminuyó la tasa de crecimiento:
Porcentajes inclusión de 5 a 10%, resultaron en bajo ritmo de crecimiento.
El valor nutritivo de los granos de mango mejoró los parámetros productivos luego de la ebullición en contraste con los granos sin tratar.
Hervir o esterilizar en autoclave reduce los factores antinutricionales como los taninos y la tripsina.
La recomendación para un crecimiento óptimo es usar semillas de mango hervidas y mantener la tasa de inclusión por debajo 5% en polluelos y entre 5 y 10% en animales mayores.
La incorporación de 5% de harina de semilla de mango crudo en capas disminuyó la tasa de puesta de huevos y aumentó la pérdida de peso.
La administración de los residuos de la industria del jugo de mango, tiene un valor nutricional más pobre para las aves de corral que la administración del grano de semilla solo, debido a su menor aporte de proteína bruta y lípidos y al mayor contenido de fibra.
Ensayos en pollos de engorde con dietas balanceadas en proteínas y energía, resultaron en una leve caída del rendimiento, en niveles de inclusión de 2.5% y 5%. A medida que la inclusión aumentaba por encima del 5%, las tasas de crecimiento fueron cada vez menores.
El mango es una de las frutas más consumidas a nivel mundial. Su utilización en la alimentación humana da como resultado un gran volumen de desechos que impactan de forma negativa en el medio ambiente y que contribuyen a la contaminación de las grandes ciudades y cursos de agua.
La utilización del descarte del mango en la alimentación animal, es una gran alternativa a este problema, siempre y cuando se administre de forma adecuada según la especie y teniendo en cuenta la presencia de algunos factores antinutricionales, así como el bajo contenido de proteína que aporta.
NutriNews