Suplementación de minerales, ¿a libre elección del animal?

Los sistemas de autoconsumo se basan en la libre elección del animal, pero la variación fluctúa a través de los días. Por lo tanto, podría no garantizar la prevención de las deficiencias

Suplementación de minerales, ¿a libre elección del animal?

E

n los sistemas de producción intensivos, donde los vacunos están confinados o semiconfinados, los minerales se proveen a través de la suplementación de un alimento balanceado. De esta manera, la incorporación directa de cada nutriente en la ración garantiza que cada animal consuma diariamente la cantidad presupuestada para cubrir los requerimientos de producción.

Así lo detalló el médico veterinario Gustavo Bretschneider, del INTA AER Necochea, quien además explicó que al contrario, en los sistemas de producción extensivos, particularmente en los rodeos de cría, la entrega de minerales en bloques para lamer o en comederos son los métodos de suplementación más utilizados.

“Ambos métodos de entrega se fundamentan en el autoconsumo y, por lógica, en la libre elección del suplemento. Por lo tanto, el éxito de que cada animal reciba, en mayor o menor medida, la dosis mineral diaria requerida dependerá del interés (apetito) de cada animal por el suplemento”, señaló.

Independientemente del método de entrega, bloque o comedero, ha sido demostrado que el consumo es muy variable no solo entre animales, sino también en cada animal. Esto último se refiere a que, para un mismo animal, el consumo fluctúa día a día.

“Mayormente, la elevada variabilidad en el consumo se asocia a la reducida palatabilidad de los minerales y, para el caso particular de los bloques, también a la consistencia; a mayor dureza, menor consumo. Entre otros factores que afectan el consumo de minerales se citan: el contenido mineral del agua de bebida, particularmente el contenido de sodio; la localización de los suplementos minerales, en referencia a la facilidad de acceso; y también, en contacto con humedad, la dureza de las mezclas de minerales ofrecidas en comederos”, puntualizó Bretschneider.

Entre tanto, aseguró que la resistencia a probar nuevos alimentos (neofobia), podría también contribuir a la variabilidad en la ingesta. En este sentido, se demostró que la familiarización con los bloques previo al destete, a través de la vista y el olor, fue suficiente para mejorar la aceptabilidad de los mismos en las siguientes etapas productivas.

Para su entrega en bloques o en comederos, los suplementos minerales mayormente tienen sal como regulador del consumo; a mayor concentración de sal, menor consumo.

Por el contrario, para estimular el consumo del suplemento mineral se utiliza melaza. La melaza es un residuo derivado de la industria azucarera que se emplea para mejorar la palatabilidad del suplemento y, además, como fuente de energía.

“A partir de una serie de trabajos de investigación se resumen los siguientes resultados: en condiciones de pastoreo, para bloques con concentraciones de sal en el rango del 95% al 99%, el consumo diario promedio fue muy bajo, con registros que se situaron entre 5,60 a 6,52 g por vaca, con coeficientes de variación (CV) del orden del 65% al 97%. A modo de comparación, para un suplemento mineral con menor concentración de sal (26%), suministrado en comederos en un sistema pastoril, se registraron consumos individuales diarios que promediaron los 85,4 y 96,3 g, con CV entre 77% y 104%. Se ha indicado que el consumo de sales vehiculizadas en bloques es un 10% menor que cuando las mismas se entregan en comederos; sin embargo, la magnitud de la diferencia es dependiente de la dureza del bloque”, comentó.

Asimismo, explicó: “En una experiencia con bloques de melaza, las vacas de cría consumieron diariamente un promedio de 242,53 g de bloque en pastoreo. Para este registro de consumo se calculó un CV promedio del 43%, con valores máximos de 61% y 81% en otoño y primavera, respectivamente. En otra experiencia, el consumo promedio de novillos en pastoreo estuvo en el rango de 0,6 a 2,4 kg por día, donde el 37% de los novillos consumió diariamente menos de un kg, el 53% entre 1 y 2 kg, y el 10% restante más de 2 kg. Para que el uso de bloques resulte económico, como vehículo de minerales, es fundamental que la melaza no estimule elevados consumos individuales”.

Tal como indicó Bretschneider, en comparación al consumo de bloques base sal, la ingesta de los bloques base melaza es mucho mayor. No obstante, sin importar el método de entrega –bloque vs. comedero–, la composición del bloque –sal vs. melaza– ni la concentración de sal como regulador de consumo, los CV siempre fueron elevados.

“Como se describió previamente, los sistemas de autoconsumo promueven una gran variación en el consumo entre animales; en otras palabras, el autoconsumo se basa en la libre elección, es decir, cada animal puede ingerir mucho, poco o nada. Por otro lado, también se demostró que la variación en el consumo, para un mismo animal, fluctúa a través de los días. Por lo tanto, el suministro de minerales con metodologías de autoconsumo podría no garantizar la prevención de las deficiencias”, concluyó.



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