El confinamiento agota las existencias de planta de brécol, repollo y coliflor

ortugal e Italia son dos de los países que surten a los viveros gallegos de brotes de distintos cultivos de huerta para replantar.

No es habitual que a estas alturas del año los invernaderos de Seragra, en Laracha, que cobijan cientos de plantas de lechuga, tomate, cebolla, brócoli... estén tan vacíos. Normalmente estarían repletos. Pero este año, tanto el cierre temporal de las ferias como la fuerte demanda de plantones por parte de los particulares que con el confinamiento se han echado a las huertas, ha provocado que el stock esté bajo mínimos. No solo el suyo, también el de muchos otros compañeros que incluso han llamado a su puerta preguntando por variedades que ya se han esfumado.

De hecho, en este vivero especializado en cultivos de huerta para surtir a tiendas agrícolas de toda Galicia, han agotado las existencias de brásicas: «Brócoli, repollo, coliflor ... ya no tenemos nada. Salieron más del doble. A principios de marzo, cuando comenzó toda esta pandemia, hicimos un cronograma a la baja porque no sabíamos cómo iba a responder el mercado. Pedimos un 20% menos de lo habitual y ahora vemos que eso salió, y más».

Seragra, que trae planta de Portugal, es uno de los que surte a cadenas de tiendas dedicadas al sector agropecuario como Progando, con sucursales en Oleiros, Arteixo, Coristanco, Frades, Monfero, A Pastoriza y Trazo. Ahí también notan el bum: «Una barbaridad, es una barbaridad la planta que nos piden. Los dos viveros que nos traen tienen coliflor y brócoli agotados», explican desde esta comercial que, haciendo un cálculo rápido, estima que la salida de plantones se ha triplicado con respecto al año anterior.

No son los únicos que no dan abasto. Desde Viveros Gastrar, en Boqueixón, también están desbordados. «El año pasado es cierto que no fue tan bueno, pero este sale el triple de la planta», dicen. «Traemos plantas de Portugal e Italia. Esta semana haremos un pedido e imagino que llegará a lo que ven»

Los que de momento van teniendo algo de todo un poco, aunque con mucho esfuerzo, es Agro Vilanoviña, en el concello pontevedrés de Meis. «Tenemos muchas plantas que vienen de Portugal, pero también de Italia. Acabamos de recibir el primer pedido al país mediterráneo cuando comenzó la alarma y eso retrasó la llegada del producto. Hasta ahora han llegado dos pedidos desde allí, pero ahora parece que se está regularizando. Esta semana vamos a preguntar y me imagino que ya estará aquí la próxima semana", comentan. Y que traen de Italia: "Planta de pimiento, tomate ...".

“Este año, la cebolla es un artículo de lujo porque no hay dónde comprarla»

A ellos lo que los salva es que echan mano de un abanico de agricultores que les suministra plantones. Son algunos de los que habitualmente iban a las ferias con su cebolla a raíz desnuda, la planta de la cebolla que muchos agricultores cultivan en sus casas para luego llevar al mercado y venderlos por cientos. Pero la clausura de los mercados al aire libre ha hecho que esa cebolla por cientos acabara convertida en un bien escaso. «Este año es un artículo de lujo porque no hay dónde comprar”, gritan desde Viveros Gastrar. Al menos no es fácil encontrarlo en racimos de cien». Normalmente en tiendas agrícolas vienen por unidad.

A falta de ferias, dónde comprar: De tiendas agrícolas a fruterías

En la memoria de muchos niños de pueblo hay una imagen que se acaba quedando pegada en la memoria. Es la de los madrileños que llegaban por Semana Santa preguntando en las ferias qué es esa planta tan extraña que comercializan por cientos en los mercados. Es la cebolla, un brote con la raíz al aire que luego se replanta en los huertos para producir cebollas. Galicia tiene muchas variedades autóctonas. Esta primavera es la primera, de muchas, en la que ni los madrileños han venido por Semana Santa, ni la cebolla se ha podido comercializar en las ferias. Entonces, dónde comprarlo. Igual que dónde adquirir la planta de la que crezca el repollo o la del tomate o los pimientos de Herbón. Las tiendas de suministros agrícolas donde hay alimentación animal, los viveros, los jardines de distintas cadenas, alguna cooperativa agraria o incluso alguna frutería las tienen. Pero la demanda es brutal.

La voz de Galicia