os científicos de la NASA han estudiado el suelo marciano por décadas, desde que en los años 70 se posaron las sondas Viking 1 y 2 en el árido terreno rojo de Marte.
Los astronautas que en la Tierra están acostumbrados a ingerir algunas de las 150 especies de plantas comestibles, saben que no tendrán esa variedad disponible una vez que arriben a nuestro vecino cósmico.
Hasta ahora, la NASA ha enfocado sus esfuerzos de cultivo de vegetales en la lechuga, que los astronautas tienden a consumir mientras viven en la Estación Espacial Internacional. Sin embargo, el laboratorio en órbita terrestre plantea diferentes desafíos a los de la superficie del planeta rojo. Así, los cultivos que los visitantes de Marte tendrán disponibles, pueden no ser del gusto de todos.
“Los suelos de Marte son más alcalinos, por lo que esto se podrían cultivar espárragos o frijoles, pero no papas”, aseguró el científico de la NASA, Jim Green, durante una presentación realizada como parte del Congreso Internacional de Astronáutica. “Si tuviera que comer espárragos durante tres años, creo que me quitaría el casco y caminaría afuera”, agregó en torno jocoso sobre una acción totalmente imposible, ya que en Marte no hay aire puro como en la Tierra.
Independientemente de cómo se sienta conforme con los espárragos, la declaración de Green es un testimonio de cuánto han aprendido los científicos sobre Marte y su suelo. Los estudios del rover Curiosity de la NASA, que aterrizó en Marte en 2012, le posibilitó a los científicos conocer con detalle el suelo marciano alrededor del cráter Gale, a donde se dirigió.
“Descubrimos que podemos extraer carbono, hidrógeno, nitrógeno, oxígeno, fósforo y azufre del suelo. Hay muchos nitratos en los suelos y están húmedos”, precisó Green.
A pesar de la distancia y que nunca un ser humano pisó suelo marciano, los científicos saben bastante sobre el de Marte, gracias a los datos transmitidos por docenas de orbitadores y ocho misiones exitosas a la superficie.
“El Curiosity y las distintas perforaciones que realizó fueron desarrollos particularmente interesantes para el estudio del suelo marciano”, dijo Green. “Lo que fue realmente emocionante cuando excavamos por primera vez en este suelo rojo es el material gris que comenzó a salir. Esto nos dice que la historia de Marte es realmente emocionante, vibrante y donde alguna vez el agua que fluyó sobre la superficie del planeta”, resaltó el experto.
Pero a pesar de lo que han aprendido a la distancia, los científicos aún esperan ver mejor ese suelo, en laboratorios aquí en la Tierra. Por eso, están ocupados pensando en una misión que podría entregar esas muestras en 2031.
Su pregunta más apremiante no será qué tan bien se adaptaría a las necesidades de los espárragos, pero el análisis aún puede ofrecer algunos consejos a futuro para cultivar nuestra propia comida en tierras rojas.
Infobae