l damasco, es en Europa más conocido como albaricoque o albérchigo, es el fruto del albaricoquero, árbol de la familia de las Rosáceas. Descendencia compuesta por más de 2.000 especies de plantas herbáceas, arbustos y árboles que prosperan en regiones templadas de todo el planeta. El fruto posee la carne jugosa, firme y con un placentero sabor dulce.
Originario del lejano oriente, más precisamente de las regiones templadas de Manchuria y Corea del Norte, lo introdujeron en Europa los romanos procedente de Armenia, en razón de ello llamaron inicialmente como Prunus armeniaca Los primeros antecedentes de la especies datan al año 3000 a.C, En la actualidad los principales países productores son: Turquía, España, Francia, Suiza, Grecia, Estados Unidos, Sudáfrica y Nueva Zelanda.
Es un una espacie bastante rústica, adecuada a climas templados, empero resiste bien los fríos invernales. En razón de lo anticipado de su floración, puede sufrir por las heladas tardías en las zonas frías. Demanda calor estival para la completa madurez de la fruta. Es resistente a la sequía. Prospera mejor en exposiciones aireadas, comportándose muy bien en ambientes soleados de mesetas y colinas. Considerase que la altitud ideal para la plantación de albaricoque es el de 300 a 500 metros sobre el nivel del mar.
No es exigente en cuanto a suelos, aunque prefiere los cálidos, secos y profundos, no está indicado para implantarse terrenos fuertes, fríos y húmedos. La permeabilidad del subsuelo reviste gran importancia en el damasco, como consecuencia que el estancamiento de agua es nefasta para el albaricoquero. En tierras profundas alcanza un gran desarrollo y los frutos son de buena calidad. En las laderas y terrenos secos, las plantas se desarrollan menos, pero los frutos son más perfumados.
Planta: En algunas variedades puede superar los 6 m de altura. La corteza del tronco es de tonalidad pardo-violácea, agrietada; sus ramas son rojizas y extendidas cuando jóvenes, en tanto las secundarias son cortas, divergentes y escasas. Las yemas latentes son frecuentes especialmente sobre las ramas viejas.
Hojas: Arrolladas cuando jóvenes, lisas, brillantes, caprichosamente dentadas, ovales, medio acorazonadas en la base, de ápice acuminado, con el haz de color verde oscuro y más tenues en el reverso. Peciolo largo y asurcado
Flores: grandes, solitarias, con cáliz rojo y pétalos rosados o blancos. Brotan en primavera previo a las hojas.
Sistema radicular: raíz principal vertical.
afelpada, cuenta con un surco en la parte media y una semilla en forma de almendra, generalmente amarga en el interior del fruto.
Tamaño y peso: Pequeño, medio, grande o muy grande, según variedad. En algunos mercados la comercialización se efectúa por calibres, siendo los más frecuentes los que van de los 35 a los 55 milímetros de diámetro en la sección central del fruto. En consecuencia el peso se relaciona con el tamaño, resultando entre los 40 y 60 gramos por unidad los más comunes. Una ración normal se considera unos 150 gramos, aproximadamente tres damascos.
Color: la tonalidad de su piel alteran según el cultivar entre anaranjado, rojizo, o blanco y amarillo.
Sabor: cuando el damasco está maduro, la pulpa alcanza un delicioso gustillo dulce.
Actualmente los cultivares más difundidos en el mundo son:
Galta roja: Las más comercializada y consumida en España. Su piel atrayente, con una tonalidad en mitades rojiza y la otra prte amarilla o naranja, la pulpa es anaranjada y de paladar dulce.
Bulida: Es una variedad española de frutos grandes, caracterizada por un surco poco profundo. Posee piel amarilla, en tanto su pulpa es jugosa, dulce, y aromatizada.
Canino: De origen español, piel amarilla o anaranjada. el fruto es casi redondo y, el tamaño va de grande a muy grande.
Currot: Por sus características es la variedad comercial primicia del mercado. El tamaño de los frutos es pequeño, piel fina de tonos blanco-rosáceo, la pulpa es poco carnosa y blancuzca, poco carnosa y sabor acidulo. Dado a que recién cosechados estos albaricoques presentan escaso valor sensorial, previo a su comercialización, es conveniente someterlos a un proceso de pre maduración.
Nancy: Fruto de dimensión muy grande, algo abultado en la base, casi esférico y deprimido en el pico. La piel exhibe pequeños abultamientos, de tonalidad amarillo oro con vetas rojas. La pulpa es color cobrizo, perfumada y de sabor exquisito, dulce y escasa acidez.
Mitger: Famosa y apreciada por la dimensión de sus frutos, entre 50 y 55 mm. Su piel es delicada, dúctil y aterciopelada, y el aspecto de la carne es blanca, almibarada y jugosa.
Paviot: De frutos de tamaño muy grande, combina el anaranjado con rojo intenso. Su carne es decididamente amarilla, suave y agradable. Reconocida por la excelente calidad de los frutos.
Moniquí: Variedad de gran tamaño. El fruto es oval y aplastado, de piel blanquecina y pulpa prominente, carnosa y de resabio extremadamente azucarado. Se trata de la variedad más estimada en varios países de Europa, como España, Portugal y Francia.
Ginesta: Precoz, de las primeras que ingresan a los mercados. Los frutos son redondeados y la piel blanquecina. Pulpa carnosa tiene color blanco. El resabio es suave y delicado.
Los damascos más apetecibles y jugosos son aquellos que están disponibles para su consumo sobre las postrimerías de la primavera, hasta la finalización del verano. Los matices rosados que recibe la piel en es lapso, es una evidencia que alcanza la excelencia de la fruta.
En razón que se trata frutas muy delicadas, es menester tratarlas con gran cuidado y previsión. Su sensibilidad es tal que un leve golpe con la uña o una presión fuerte con los dedos, le machuca, lo mancha y facilita una prematura descomposición. Se considera que el damasco está en su mejor momento para ser consumido cuando, al presionarlos suavemente entre dos dedos, se evalúa una consistencia blanda. La recolección debe efectuarse con los damascos bien maduros, momento que expresan toda su delicadeza y fragancia. Los cosechados anticipadamente no alcanzan el dulzor propio y la maduración posterior parcial. Para conservarlos ya maduros, lo correcto es almacenarlos en cámaras frigoríficas, en bolsas de plástico con orificios
El aporte energético es bastante exiguo, producto de su elevada cantidad de agua y modesta contribución de hidratos de carbono. Sobresale por la abundancia de fibra, que mejora el tránsito intestinal, y su contenido en beta-caroteno, de acción antioxidante. El tenor mineral es importante, destacándose fundamentalmente por el contenido de potasio y, en menor proporción, de magnesio y calcio. El beta-caroteno se transforma en vitamina A en nuestro organismo en tanto éste lo necesita.
El agradable aroma que desprenden los damascos y su sabroso dulzor, hacen a estas frutas de las favoritas de la estación estival. Debido a sus componentes nutritivos, es aconsejable su ingesta en todas las edades y estados: niños, jóvenes, adultos, deportistas, mujeres embarazadas o madres lactantes y personas mayores.
El contenido de provitamina A (beta-caroteno), de acción antioxidante, les confiere su color anaranjado característico y les convierte en una fruta de consumo indicada para reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares, degenerativas y del cáncer. Por la presencia de potasio el albaricoque se instala como una fruta diurética, aconsejada para recetadas en tratamientos dietéticos de distintas dolencias, tales como la hipertensión arterial u otras coligadas a retención de líquidos. Además se recomienda su ingesta cuando se utilizan diuréticos que eliminan dicho mineral.
En cuanto a la sangre, tributa minerales vinculados a la gestación y sazón de los glóbulos rojos: cobre hierro, y cobalto. Cabe destacar que el hierro que contiene el damasco, ya sea fresco o desecado, se encuentra en la forma química no hemo, razón por la cual el organismo solo absorbe de el un porcentaje bajo; en consecuencia para favorecer la permeabilidad, lo recomendable es consumir el albaricoque como postre de una comida variada, en la que se hayan incorporados otros elementos que acrecienten su absorción; ejemplo; pescados, carnes varias y huevos u hortalizas como tomate y pimiento Los damascos frescos maduros son opimos en taninos, sustancias con propiedades astringentes, antiinflamatorias y antioxidantes..
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