dolfo Rouillón y José Robledo crearon Frizata, una compañía de alimentos congelados de Rosario que cuenta con venta y distribución propia. En el corazón de la producción de alimentos del país, los emprendedores buscan colocar a la Argentina como un proveedor de alimentos con valor agregado a nivel mundial. Se trata de productos congelados a precios accesibles que buscan protagonismo.
El origen de Frizata se remonta a 2007, cuando Rouillón y Robledo fundaron la empresa Congelados del Sur. Con esta primera incursión, los empresarios desarrollaron alimentos para marcas como McCain, Sadia, Swift, McDonalds, Burger King, Día, Grido y Paladini.
Finalmente, en 2018 crearon Frizata, su propia marca de alimentos. El impulso lo tomaron luego de encarar un arduo proceso de investigación. “Estudiamos el mercado de alimentos y nos convencimos de que la Argentina puede ser un proveedor mundial de alimentos con valor agregado”, señala Rouillón.
Además, se encontraron con dos datos reveladores que terminaron de definir el proyecto. Por un lado, el consumo de alimentos congelados en Latinoamérica no llega a los cinco kilogramos por persona. “La diferencia en el consumo guarda relación con los precios, que en nuestra región suelen ser muy altos”, detalla. Por otro lado, durante la investigación previa descubrieron que los latinos destinamos cerca del 25% de los ingresos familiares al consumo de alimentos, mientras que en Europa y Estados Unidos ronda el 10%.
En este escenario, el primer paso fue desarrollar una línea de producción de alimentos. Con la venta de su empresa de software y una inversión de US$8 millones, lanzaron Frizata en Rosario, Ciudad de Buenos Aires, Gran Buenos Aires y La Plata.
La marca llega hoy a los hogares a través de la venta directa en su sitio web. Cuenta con distribución propia de vegetales, hamburguesas, milanesas de soja y pastel de papa, entre otros productos.
La venta directa y la distribución propia les permite evitar costos de logística e intermediación, obteniendo un precio hasta un 60% menor que los supermercados.
Gran parte del éxito de Frizata está en su equipo de investigación y desarrollo. Desde este sector, se analiza big data y se utiliza la inteligencia artificial para mejorar la productividad. “Tenemos en cuenta variables como experiencias de cocción, texturas, hábitos de consumo, comportamiento de compra, entre otras. Luego, hacemos ajustes y mejoras”, explican desde la compañía.
Un software para que los pedidos lleguen en tiempo y FriBurger, una gama de hamburguesas elaboradas a base de vegetales, son algunos de sus recientes desarrollos. “En algún sentido, repensamos la forma de producir y distribuir alimentos”, concluyen.