El tallo, en su primer año, tiene forma de disco, del que surgen hojas de peciolo carnoso, alargado y asurcado en el envés, comúnmente llamado penca y limbo pinnado de folilos aserrados. El tallo se desarrolla en el segundo año emitiendo flores en umbelas, de color blanco. El fruto es un aquenio muy pequeño que se utiliza también como semilla.
Es una especie sensible al frío, por lo que necesita cierta temperatura para nacer y vegetar. El mejor crecimiento se da en terrenos profundos ricos en humus, sueltos y con buen drenaje. Es una planta muy sensible a la salinidad.
Es un cultivo de clima templado, que al aire libre no soporta los fríos del invierno en las zonas del interior: cuando la planta está en el periodo de desarrollo, si ocurre una disminución fuerte de temperatura durante algunos días, puede dar lugar a que la planta florezca antes de tiempo; este problema se ve disminuido cuando el suelo está acolchado con lámina de plástico.
El apio no es demasiado exigente en suelos, siempre que no sean excesivamente húmedos. Requiere un suelo profundo, ya que el sistema radicular alcanza gran longitud vertical. El pH debe estar rondando la neutralidad. Es exigente en boro, por lo que este elemento no debe faltar en el suelo. Soporta mal la salinidad, tanto del suelo como del agua de riego.
Blanqueo del apio: esta técnica consiste en el cubrimiento de parte de la planta para que al privarla de la luz se impida parcialmente la fotosíntesis, disminuyendo la cantidad de clorofila que en presencia de la luz es la que aporta el color verde a la planta.Se suele usar el aporcado de los pies para el blanqueo, primero uno y a la semana otro, a las tres semanas se puede cosechar
Riego: en los meses de calor.
Abonado: Para obtener una buena producción y de buena calidad, es conveniente que el suelo esté bien estercolado. Si no se aplica estiércol, es necesario aumentar el abonado nitrogenado y potásico, especialmente cuando los suelos sean ligeros. En el último mes de desarrollo, antes de la recolección, el nitrógeno debe estar disponible en cantidad suficiente en el suelo. Además, el apio es una planta muy sensible al déficit de boro, azufre y magnesio.
En el abonado de fondo pueden aportarse alrededor de 50 g/m2 de abono complejo 8-15-15 y 15 g/m2 de sulfato de potasio. Si los resultados del análisis de suelo muestran bajos niveles de boro y/o magnesio, éstos pueden aplicarse a razón de 2 g/m2 de producto a base de boro y 10-15 g/m2 de sulfato de magnesio. Además, es conveniente aportar unos 5 g/m2 de azufre, debido a su elevada sensibilidad a la carencia de este elemento.
Recolectar apios desde abril a agosto según fechas de siembra. Unos 7 a 8 meses desde la siembra.
Recolección manual escalonada, cortando a cuchillo desde fuera a dentro.
Clemente Viven Semillas y Plantas