l ensayo se enfocó en examinar los efectos que tiene el fósforo en la producción de apio. Para aquello repasaremos los números más importantes de un ensayo realizado en 2008 en la localidad de Pan de Azúcar, en la Región de Coquimbo.
En la ocasión se usaron apios de la variedad tango, los cuales fueron establecidos en suelos de serie barriales.
Los tratamientos de fertilización y trasplante se aplicaron en diciembre de 2008 e incluyeron cuatro dosis de nutrición fosfatada (0, 50, 100 y 150 kg/ha de P205, usando fosfato monoamónico). La fertilización nitrogenada, por su parte, fue ajustada a un mismo nivel de nitrógeno para todos los tratamientos y alcanzó los 280 kg/ha. Los fertilizantes se aplicaron al voleo y luego fueron incorporados con rastraje.
El ensayo se manejó con riego por cintas y las plantas muestreadas correspondieron a 8 paquetes de apios por parcela, considerando 6 plantas por cada paquete. De estas muestras se midió su peso, largo y diámetro. De este último parámetro, se midió 10 cm desde la base de la planta. Así, en total, se evaluaron 48 plantas por parcela.
Antes de aplicar los tratamientos, se obtuvo una muestra de suelo de 25 cm de profundidad. El ensayo se muestreó para análisis foliar en marzo de 2009.
En la tabla 1 se presenta el análisis de fertilidad inicial del suelo, donde se estableció el ensayo con apio. El pH del suelo era moderadamente alcalino y la conductividad eléctrica normal para los suelos de la zona.
Este era un suelo no salino. La materia orgánica era baja, sobre todo si se considera la textura arcilloarenosa del suelo. El nitrógeno total era medianamente bajo y la relación C/N baja. El nitrógeno disponible era bajo, el nivel de fósforo moderadamente alto y el de potasio adecuado para la textura arcillosa del suelo.
En la tabla 2 se aprecia el análisis del contenido de cationes de intercambio y la saturación respectiva. El contenido de calcio era adecuado para la textura arcillosa del suelo, el contenido de magnesio era naturalmente alto, al igual que el de sodio, que era similar al nivel de potasio de intercambio. La saturación de magnesio y sodio, por su parte, era moderadamente alta y la de calcio baja.
En la tabla 3 se presenta el nivel inicial de micronutrientes. Los contenidos de todos estos nutrientes fueron los adecuados.
La evolución de la fertilidad del suelo alcanzada en cada parcela al final del ensayo se presenta en la tabla 4.
El testigo con nitrógeno y sin fósforo finalizó con pH 8,4, mientras que los tratamientos con las distintas dosis de fósforo variaron entre 7,8 y 8,1. La conductividad eléctrica se mantuvo moderadamente alta, fluctuando entre 3,39 y 6,86 dS/m. El tratamiento testigo sin aplicación de fósforo presentó el menor valor. Los contenidos de potasio intercambiables presentaron niveles ligeramente más bajos que el nivel inicial.
En las figuras 1, 2 y 3 se presenta el efecto de distintas dosis de fósforo sobre el peso, diámetro basal y altura de las plantas de apio, sometidas a diferentes tratamientos de P a través de fertirrigación. En relación al diámetro basal y peso de las plantas, el efecto del fósforo se manifestó hasta 50 kg/ha de P205.
No se produjo efecto sobre la altura de estas. Es importante destacar que el suelo presentaba un contenido inicial de 35 mg/kg de fósforo disponible y terminó con un nivel más bajo. La disminución en la concentración de fósforo del suelo se explicaría por efecto del pH y no por la cantidad de este elemento extraída por el cultivo. De este análisis se puede deducir que el nitrógeno y el potasio fueron los nutrientes más importantes para el apio. Sin embargo, destaca la respuesta hasta 50 kg/ha de P205 aplicado aun cuando el suelo presentaba un nivel alto de P disponible.
En la tabla 5 se presenta el contenido de nutrientes en los pecíolos de las plantas en pleno crecimiento. Los niveles detectados fueron adecuados, y el más bajo correspondió al cinc, sin ser deficitario.
El cultivo de apio cv tango presentó las siguientes respuestas a la aplicación de fósforo:
El Mercurio