ás allá de la dieta sin rastro animal, el universo vegano se expande en múltiples direcciones. Crece el número de firmas de moda y complementos que excluyen los materiales de origen animal para sus productos y optan por otros menos dañinos. Ser vegano es una forma de estar en el mundo, de evitar toda explotación y crueldad a los animales y eso incluye el modo de vestir y calzarse. Pero, ¿por qué elegir zapatos veganos? Fundamentalmente, para garantizar que en su producción se ha respetado por completo a los animales. Para ello, se han desarrollado alternativas a la piel animal.
Evitar pieles, lanas, sedas y pegamentos y apuesta por materiales sintéticos o de origen vegetal
Según las recomendaciones de PETA, la mayor organización para el tratamiento ético de los animales en el mundo, los materiales empleados deben ser: cueros y telas sintéticos, lonas, caucho, algodón orgánico, lino, cáñamo. Y se investigan más opciones. En cualquier caso, calzar vegano significa no recurrir a pieles, lanas, sedas o plumas; mejor si además se fabrican de forma artesanal y evitando los pegamentos (para la suela) elaborados con huesos animales. Una de las precursoras de la moda sostenible y vegana fue la diseñadora Stella McCartney, hace dos décadas, al eliminar de sus creaciones todo lo que pudiera relacionarse con el sufrimiento animal.
Pero vegano no es sinónimo de sostenible y a menudo ambos conceptos se confunden. Algunos cueros sintéticos se elaboran con derivados del petróleo y elementos que contienen aditivos químicos; otros utilizan mezcla de algodón y poliuretano que tampoco tiene nada de ecológico. Lo ideal, pues, es optar por alternativas que no dañen ni a la especie animal ni al medio ambiente. Muchas marcas y emprendedores ya se han lanzado a producir zapatos que cumplan ambos objetivos, ser animal free y ecológico. Y mejor todavia si se produce con un criterio de proximidad, cerca del punto de venta, para reducir así las emisiones derivadas del transporte.
Aumenta el empleo de material reciclado, lo que supone una doble ventaja: ahorra materia prima y reduce los residuos contaminantes
Actualmente, una tendencia al alza es reciclar. Puro sentido común: tiene una doble ventaja. Por un lado se ahorra materia prima virgen y por el otro se reducen los residuos tóxicos, como el plástico, contaminante por excelencia. Con esa idea, Adidas ha lanzado sus Clean Classics; algunos de sus modelos icónicos de zapatillas, como la Stan Smith, elaboradas ahora con Primegreen, obtenido en gran parte de material reciclado.
De Finlandia llega otro ejemplo, más innovador aún, que da buena muestra de la economía circular, de reaprovechamiento, de dar una segunda vida a ciertos desechos. Se trata de unas sorprendentes zapatillas, de la marca Rens, que nacen a partir de restos de café molido reciclado y poliéster de plástico usado que, además, ofrecen una propiedad antibacteriana.
Pero hay más novedades. Para empezar, la de Le Coq Sportif y su calzado concebido en base a una triple premisa: local (proximidad en su producción), natural (deja de usar plástico PU) y vegetal (además de goma, corcho y algodón, utiliza cuero hecho de residuos de uva)
Por su parte, Bottega Veneta se suma con una novedad que marca otra línea interesante a explotar en el universo del calzado sostenible. Una versión de las clásicas botas de lluvia, ligeras y resistentes, pero que además son biodegradables. De caucho de origen natural, su aportación es que pueden eliminarse sin contaminar, una vez gastadas, se colocan bajo tierra y se descomponen. Es una de las opciones más interesantes, además de reciclar, pues no se convierten en tóxicos para el medio ambiente cuando acaban su vida útil.
Cada día son más las firmas que se comprometen con la ética vegana. Desde marcas que incluyen modelos veganos, como Toms, Vans o Dr. Martens, firmas con experiencia en este terreno como Vegetarian Shoes, Slowwalk. Slowers. Nae Vegan Shoes, Ecoalf o Mireia Playà o creadores como Alfredo Piferi, ex-diseñador jefe de Jimmy Choo, que lanza su colección de calzado elegante y 100% vegano. Lo hace con piezas curiosas como sus sandalias curvas con componentes extraíbles, como un brazalete o un volante en el tobillo. “Hace cinco años dejé de comer carne y descubrí sabores que nunca había considerado hasta que la carne ya no era una opción. Y pensé en hacer algo similar con los zapatos: que sean sexys y sostenibles”, explica.
El diseñador añade que la mayoría de sus materiales "tienen un componente sostenible, ya sea reciclado (de plásticos) o con base biológica (forros hechos de aceite de maíz por ejemplo)". Su debut en el universo del calzado vegano "saldrá a la venta en Harrods en noviembre y más adelante en otros países”, apunta. Todos ellos son, en definitiva, ejemplos de innovación y de sentido común en un camino ético que empieza a ser urgente.
Algunos materiales animal free
La Vanguardia