Para concluir la polémica que se había generado en los últimos meses en cuanto al peso mínimo de la faena, la Secretaría de Gobierno de Agroindustria, que encabeza Luis Miguel Etchevehere, decidió mantener el peso mínimo para los machos y reducirlo para las hembras. Con la resolución 74/2019, publicada esta semana en el Boletín Oficial, se dejó en claro que no se podrán faenar machos cuyo peso res con hueso logrado sea inferior a 165 kilos (se mantienen los 300 kilos vivo).
En este caso, la novedad es que a partir del 15 del mes próximo, para las hembras no se podrá faenar animales cuyo peso res con hueso sea inferior a 140 kilos (alrededor de 250/260 kilos vivo). Según el Gobierno, el cambio no afectará la producción general, pero favorecerá la colocación de las hembras.
“Se exceptúan de esta normativa los animales bovinos machos y hembras a los que por razones sanitarias o nutricionales les resulte imposible alcanzar el peso establecido precedentemente, siempre y cuando su destino comercial sea conserva y/o manufactura y/o chacinados, lo que deberá surgir de la documentación de traslado, faena y comercialización correspondiente”, precisa la resolución.
Asimismo, no se considerará infracción si hasta un 10% de las reses que componen la tropa se encuentra por debajo de los pesos mínimos establecidos.
Para justificar el cambio, la cartera nacional de Agroindustria detalló:
- Que la conversión de alimentos a carne es menos eficiente en las hembras.
- Que esta característica hace imprescindible en el engorde de hembras cumplir con ciertas prácticas productivas y de alimentación sin las cuales se producen relaciones inadecuadas entre grasa y músculo, tanto en la grasa de cobertura, como en la intersticial.
- Que estas prácticas introducen un costo adicional en la producción de hembras.
- Que en muchas zonas del país las características de los sistemas productivos hacen inviable la terminación de las hembras en las mismas condiciones y tiempo que los machos para alcanzar el mismo peso.
- Que resulta pertinente tener en cuenta esta particularidad para que la producción de hembras encuentre oportunidades de abastecimiento de los mercados en condiciones económicas razonables que no afecten el libre juego de los mismos.
- Que fijar para las hembras un límite de peso de faena inferior al de los machos no afecta la producción global de carnes, ya que genera una mejora en la rentabilidad, porque se aprovecha más la eficiencia de conversión y se reduce la necesidad de traslados de hacienda en diversas zonas ganaderas.