iene una raíz pivotante poco ramificada y de desarrollo superficial. Desarrolla al principio un grupo de hojas entre las que se forma al final de su ciclo un tallo floral que puede alcanzar los 80 cm. Es una planta dioica, aunque pueden observarse plantas monoicas, por lo que puede haber plantas masculinas y otras femeninas que son las que producirán semillas.
El tallo floral es ramificado, aparecen pequeñas flores en las axilas donde acaban apareciendo las semillas agrupadas, que pueden presentar espinas o ser lisas.
La formación de hojas se alargará hasta que se inicie la floración. Es planta de día largo (florece con días de muchas horas de luz), aunque a veces la temperatura puede interferir en esta respuesta. Se ha observado que las altas temperaturas soportadas antes de recibir las temperaturas frías del invierno retrasan la subida a flor. No obstante, hay variedades adaptadas a su cultivo en primavera. Basándonos en eso se agrupan en espinacas de otoño-invierno (día largo) y de primavera-verano (día corto).
De ahí que uno de los problemas principales en el cultivo de espinaca sea que inicia la floración muy pronto, sin dar tiempo a la formación de un buen grupo de hojas, pues a partir de ese momento se deterioran.
La espinaca se adapta a todo tipo de tierras, con preferencia por las frescas, aunque no le gusta que estén muy encharcadas. Las muy calizas pueden provocar clorosis que hacen que amarilleen las hojas, y las muy ácidas pueden hacer que enrojezcan. Tolera una ligera salinidad.
Tolera la sombra, por lo que es ideal para hacer en permacultura bajo la sombra de frutales o arbustos diversos ocupando los estratos inferiores del bosque de alimentos.
En cuanto a temperaturas no soporta el frío por debajo de los -7 oC, y no crece si no se superan los 5 oC, pues la temperatura óptima para su desarrollo está entre 15 y 18 oC.
Es recomendable evitar como precedente especies de la misma familia, como por ejemplo la acelga o la remolacha.
Los aportes de materia orgánica (estercolados) deben anticiparse varios meses ya que tolera mal la materia orgánica no muy descompuesta. Debemos evitar aquellos abonos orgánicos con altos contenidos en nitrógeno (purines, estiércoles de aves, harinas de matadero) ya que es una planta que tiende a acumular muchos nitratos en las hojas. En caso de usarlos lo recomendable es que se aporte antes del cultivo anterior.
En cuanto se observa la aparición de un tallo floral conviene eliminarlo salvo que nuestro objetivo sea la producción de semilla.
Se siembra en líneas separadas entre sí unos 30 cm. Si se siembran a chorrillo debe realizarse un aclareo cuando las plantas tengan 4-5 hojas, dejando las plantas a unos 10 cm dentro de la misma fila.
Se suele sembrar a finales de verano (septiembre) para conseguir buenas producciones de otoño-invierno y a finales del invierno (marzo) para conseguir producciones primaverales. Si los inviernos son suaves puede sembrarse durante todo el otoño e invierno de forma escalonada, teniendo en cuenta que las últimas siembras (enero y febrero) encontrarán los días más largos, por lo que hemos de elegir variedades de día corto para que no florezcan enseguida.
Los riegos deben ir orientados a mantener unos niveles de agua constantes, cerca del tempero. Funciona muy bien con riego por aspersión.
Se puede recolectar haciendo varias pasadas, cortando poco a poco las hojas más desarrolladas. Suelen darse 4 o 5 pasadas a un cultivo. El corte puede hacerse con una navaja o con la uña, rompiendo en la base del peciolo limpiamente sin producir desgarros innecesarios. También es habitual cortar la planta entera, lo que se hace cortando por debajo de las hojas a 1 cm de la corona de la raíz.
Para la recolección de semillas tenemos que tener la precaución de mantener una distancia de al menos 1 kilómetro entre diferentes variedades en flor. Debemos dejar que la semilla madure, a lo que se llega cuando las hojas se han secado y los glomérulos o frutos han adquirido un tono marrón claro.
La Fertilidad de la Tierra