Para hacerle frente a la amenaza que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) planteó en 2014 –cuando comunicó que si los agricultores no modificaban algunas de sus prácticas agrícolas, la mayor parte del suelo podría desaparecer al cabo de 60 años–, la empresa de alimentos más grande de los Estados Unidos, General Mills, se comprometió a implementar prácticas regenerativas en un millón de tierras de cultivo para 2030.
Debido a que las prácticas agrícolas a escala industrial se basan en maquinaria y productos químicos contaminantes que afectan la tierra, insistir en monocultivos termina destruyendo el suelo y dificultando la regeneración de superficies sanas. Asimismo, mientras la población mundial siga en alza, es fundamental que las tierras agrícolas estén saludables y que las principales compañías del sector alimenticio adopten un enfoque diferente, en el que aparezca la agricultura regenerativa.
“En el trabajo de sostenibilidad, puede ser todo un desafío encontrar algo que levante uno o más botes a la vez. Este método regenerativo mejora la calidad del agua, la salud del suelo, reduce las huellas de carbono, genera mayor biodiversidad y es más rentable”, declaró Jerry Lynch, director del Departamento de Sostenibilidad de General Mills.
Para poder llevar a cabo el plan, la empresa norteamericana trabajará junto con los agricultores, para asegurarse de que se estén sembrando cultivos con métodos regenerativos. Además, agregarán ganado –ya que el estiércol aporta muchos beneficios– y alentarán a cultivar una gama de productos más amplia, para aumentar la diversidad de nutrientes en el suelo sin necesidad de pesticidas y fertilizantes sintéticos.
Algunas de las marcas derivadas de la compañía ya están trabajando en el cambio. Annie’s (la firma de pastas y comidas naturales), por ejemplo, presentó dos productos de edición limitada –una versión de mac & cheese en caja, y galletitas con forma de conejo– hechos con trigo y avena cultivados de manera regenerativa en granjas de Montana. Por su parte, EPIC Provisions, una marca más pequeña que realiza carnes y productos naturales de calidad, emplea fuentes de productores de ganado que crían animales en granjas regenerativas.
A través del compromiso de establecer prácticas regenerativas en un millón de acres, General Mills pretende que más agricultores y empresas se sumen a la iniciativa. Para esto, está otorgando una subvención de 650 mil dólares a la Organización sin Fines de Lucro, Kiss the Ground, que llevará programas de capacitación a comunidades agrícolas como Northern Plains, donde los agricultores pueden aprender a integrar prácticas regenerativas y medir los resultados en relación a la salud del suelo y la biodiversidad.
En un país donde cerca del 40% de la tierra se clasifica como de cultivo, lo que corresponde a 915 millones de acres, el número que plantea General Mills parece menor. De todas maneras, para Lynch la propuesta es dar el ejemplo y demostrar que estas prácticas pueden ser productivas y generar cultivos fuertes y sanos. “Esperamos que muchas personas se unan a nosotros. Les damos la bienvenida a todos aquellos que busquen convertir a la agricultura en un mejor sistema alimentario”, concluyó.