La producción de frutilla en Tucumán no se ha visto afectada por la pandemia

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l Ing. Daniel Santiago Kirschbaum, Coordinador Nacional del Programa Hortalizas, Flores, Aromáticas y Medicinales de INTA EEA (Estación Experimental Agropecuaria) Famaillá comentó que dichos pronósticos se han cumplido en gran parte salvo por las intensas heladas de los meses de julio y agosto que resultan atípicas para la zona frutillera tucumana.

Por otro lado, las elevadas temperaturas de fin de ciclo que se adelantaron con respecto a otros años también han causado inconvenientes, sin embargo, en general podría decirse que fue un buen año para este cultivo.

En relación a los insumos, el especialista comentó que se han presentado dificultades en el abastecimiento especialmente de plantines que provienen de otras provincias, sin embargo, esto no se trató de problemas en el transporte sino de escasez del material en el momento de la plantación. “Las variedades que estaban programadas para plantarse en ese momento no estuvieron listas en las cantidades requeridas para Tucumán, por lo que se debió aguardar y recurrir a variedades más tardías” explicó.

Dichos inconvenientes provocaron retraso en la cosecha y un recambio varietal en cuanto a las proporciones plantadas con respecto a campañas anteriores.

Según el entrevistado, pese a la pandemia, las actividades se han podido desarrollar normalmente en cuanto a logística de ventas ya sea para consumo interno o para exportación con los protocolos correspondientes. Por otro lado, la actividad demanda mano de obra local por lo que no tuvo problemas a la hora de contratar. “Solo destacamos que hay algo de competencia cuando comienza la cosecha de arándanos o de limón” dijo.

Con respecto a los rendimientos, el especialista explicó que, debido al recambio varietal hacia otras más tardías, no se han logrado los rendimientos tempranos a los que está acostumbrado el productor frutillero tucumano, sin embrago, un porcentaje de los productores si ha logrado hacerlo en tiempo y forma.

La variedad más plantada este año ha sido Camino Real debido al problema de desabastecimiento de plantines de otras variedades. En porcentajes menores se utilizó San Andreas que es una variedad más temprana, Benicia, Fronteras, Petaluma y dos variedades de origen español que son Rábida y Rociera que han mostrado resultados aceptables.

Las condiciones sanitarias del cultivo no fueron las mejores, se registraros problemas de Botrytis con las heladas como factor agravante. A partir de agosto, se observó la presencia de arañuela roja que incide en la productividad del cultivo. Y al final del ciclo, las altas temperaturas están provocando quemaduras en la fruta.

En la provincia se cultivan entre las 345 y 350 hectáreas implantadas, un valor que se conserva a lo largo de los últimos 4 o 5 años.

Según el entrevistado, desde INTA trabajan en líneas de investigación aplicables a la frutilla, una de ellas en el desarrollo de bioinsumos, lo que incluye fertilizantes, fungicidas e insecticidas de origen biológico apuntando a reducir la contaminación del ambiente del suelo que afecta la fauna benéfica para las plantas. “Trabajamos mucho con enemigos naturales que son insectos y ácaros benéficos, siempre manejando el cultivo con el fin de favorecer la acción de estos enemigos naturales” añadió.

Recomendaciones

El especialista recomendó cosechar diariamente la fruta para evitar las quemaduras por el sol ya que, una vez quemada es fruta perdida. Ofrecer a la planta buena ventilación para evitar problemas de enfermedades. Mantener buena humedad en el suelo porque las altas temperaturas descompensan a la planta y pueden producir problemas de hongos.

En cuanto a la producción, el ingeniero expresó que, gran parte de la producción se exporta a Estados Unidos como fruta congelada. Y en los mercados nacionales como fruta fresca, gran parte de envía a Buenos Aires como principal destino, luego volúmenes menores a Mendoza y Córdoba y otras ciudades del interior.

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