Realidad, propuestas y consideraciones para el futuro de la producción de cereza en Chile

Para orientar adecuadamente los desafíos técnicos del cerezo, es necesario primero tener claridad sobre la posición que ocupamos en los mercados

Realidad, propuestas y consideraciones para el futuro de la producción de cereza en Chile
viernes 13 de noviembre de 2020
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uestro país representa alrededor de un 5% del volumen total mundial, ubicándose en el 6º lugar en un ranking liderado por Estados Unidos y Turquía (World Sweet Cherry Review, 2018). Sin embargo, Chile participa en alrededor del 25% de las exportaciones mundiales, y, puestas en el contexto del hemisferio sur, según los resultados de la temporada 2019-2020 nuestras cerezas han constituido más del 94% de los envíos del hemisferio sur contraestación. Muy de lejos nos siguen Sudáfrica, Argentina, Australia y Nueva Zelanda. (Isabel Quiroz – iQunsulting 2020).

Argentina, con aproximadamente más de 3.000 hectáreas, es muy difícil que aumente significativamente su superficie plantada, principalmente por una problemática social en función de disponibilidad de mano de obra y comercial con respecto a la posibilidad de poder ingresar al mercado chino, más que climáticas o de suelo. Sin embargo, en la última temporada registró sus primeros envíos al país asiático.

Sudáfrica tiene muy baja acumulación de frío invernal (latitud 26º) para el cultivo. Por lo tanto, sus potenciales productivos son bajos, aunque su clima cálido le permite salir un poco antes que Chile. Además, tiene una limitante de disponibilidad de agua cada vez mayor.

Australia y Nueva Zelanda enfrentan una baja disponibilidad de mano de obra para la fruticultura, sobre todo en su área productora de cerezas, sumado al alto costo de hacer fruticultura en esos países.

En este contexto, existen dos ventanas importantes a llenar, uno temprano (octubre) y otro tardía (marzo), entre el término de los envíos chilenos y el comienzo y fin de la temporada del hemisferio norte. Tal vez algún día se logre tener una oferta de “cerezas 365” (año corrido), no obstante será en proporciones muy pequeñas en los periodos de transición entre la producción del hemisferio sur y hemisferio norte. Por lo tanto, Chile va a sostener su participación sobre el 80% de las exportaciones del hemisferio sur por varios años más.

 

Diversidad climática y zonas productoras

Una de las particularidades de la producción en Chile es su amplia zona de producción, desde la latitud 32º (Ovalle) hasta la latitud 46º (Chile Chico), generando una oferta de fruta, por el momento, desde octubre hasta febrero, concentrándose el 80% del volumen de fruta entre la Región de OHiggins y Región del Maule (iQonsulting, 2020) con volúmenes de fruta entre la segunda quincena de diciembre a la primera semana de enero (Tabla 1).

En la zona centro centro-norte, sector norte de la Región Metropolitana y regiones de Valparaíso y Coquimbo, se presenta un gran potencial para producir cerezas tempranas en lugares donde la acumulación de frío es suficiente. Sin embargo, la oferta de variedades de bajo requerimiento de frío invernal es muy limitada. Actualmente, se están iniciando proyectos de este cultivo en algunas localidades de Ovalle y reactivándose proyectos en la Región de Valparaíso y Región Metropolitana.

Entre las distintas zonas productoras, se puede reconocer una gran diversidad de microclimas cuando nos desplazamos de norte a sur y de oriente a poniente, con muchos microclimas aún por descubrir. Por lo tanto, conocer y estudiar el clima de cada lugar se vuelve esencial para diseñar nuevos proyectos de cerezos en los próximos años.

Los desafíos del aumento de superficie

Es importante reconocer que las plantaciones a nivel Chile crecen a tasas cercanas al 12% anual. En los últimos años se está plantando a una tasa de más de 5.000 ha/ año y se observa una tasa de arranque de huertos viejos de un 2%. En base a eso, se estima una superficie actual de más de 45.000 ha.

Debido al gran interés por plantar cerezas, sin duda que llegaremos a volúmenes muy altos como oferta de exportación, tendremos muchas cerezas y la segregación será por variedad y calidad de fruta. La fruta de baja calidad (calibre, firmeza, sabor, condición y sanidad) se convertirá en un commodity y la fruta de calidad será la que sustentará el negocio en el tiempo. Este es el mecanismo para maximizar el objetivo y aumentar la eficiencia de los huertos.

En este contexto, se necesita diseñar y sostener sistemas de producción cada vez más eficientes, huertos más amigables al manejo de cosecha, gestión de administración más eficientes y producciones más amigables al medio ambiente y manejos cada vez más precisos en lo que se refiere a nutrición y riego.

El sistema de producción implica una serie de decisiones a definir, como es la combinación variedad/portainjerto de acuerdo a la condición edafoclimática, sistema de conducción y marco de plantación, entre otros factores. Si bien, son varias las partes del puzzle que se deben definir, el clima se considera el factor más relevante y determinante en el éxito o fracaso del proyecto. Por eso es fundamental el estudio riguroso de factores como la acumulación de frío invernal, riesgo de heladas, lluvias en floración y precosecha, presencia de granizo, viento, humedad relativa, acumulación de calor (días grados), entre otros. Ver tabla 2.

 

Definiendo el huerto

Es necesario determinar el portainjerto adecuado al tipo de suelo, liviano, franco o pesado, y después considerar la combinación patrónvariedad. En general se debe evitar utilizar una variedad de baja cuaja (o fertilidad) sobre pie vigoroso; y para variedades más cuajadoras, utilizar portainjertos de menor vigor, considerando además que cuando el portainjerto tiene menos vigor entrega un potencial de calibre más reducido (Figura 3).

Realidad, propuestas y consideraciones para el futuro de la producción de cereza en Chile

Dejando de lado las condicionantes clima y suelo para la combinación patrón-variedad, si ésta es de vigor medio a alto, se opta por un sistema que lo diluya, Y-trellis, multieje o KGB. Si el vigor es medio hacia abajo, un sistema de eje a mayor densidad es la opción, considerando un toque de modernidad: mayor densidad de plantas, con estructuras más simples, tratando de inducir lo más rápido posible la entrada en producción.

Es muy importante en este análisis, “leer” al productor: su expertise, sus ganas y cuán conservador o innovador puede ser, considerando que se sienta cómodo y seguro, y cuál es la mejor alternativa en cada caso.

Reconocer el potencial productivo de los huertos, considerando llevarlo al máximo en términos de kilos y condición de fruta, es la base para decidir la línea de manejo técnico, tanto en labores culturales como poda, regulación de carga, y programas ajustado a la realidad las propuestas nutricionales en base a programas de fertilización. Con esto se deben respetar y entender las características de cada variedad (en conjunto con el portainjerto) y trabajar sobre esa base.

Entre los parámetros de calidad, el objetivo es maximizar el potencial de calidad de cada variedad, que al parecer tiene predeterminadas sus características en términos de potencial de calibre, azúcar (ºBrix), firmeza y materia seca (%). Estos datos (Tabla 3) fueron recolectados en huertos comerciales y evaluados por cada fruto de forma individual (n=) en distintas investigaciones durante los últimas siente temporadas (Fuente: Carlos Tapia – Avium 2018) y pueden ser importantes al momento de hacer un análisis cuantitativo en cada proyecto.

En coordinación con estos datos, también se debe asegurar una calidad mínima aceptable y que en términos nutricionales debe contener un equilibrio entre elementos para asegurar condición de viaje (Figura 3), según datos que han sido recolectados durante las últimas temporadas (Fuente: Carlos Tapia – Avium 2018) contrastando cada categoría con respecto a resultados obtenidos en la práctica de cada sitio estudiado. Si bien son datos que hay que depurar en el tiempo en términos de rangos y relación entre nutrientes, es una primera aproximación del objetivo productivo.

Es importante establecer en los huertos parámetros productivos de acuerdo a las variedades y sus respectivas combinaciones que aseguren volumen de producción enfocados a mantener una calidad de fruta uniforme y consistente. También a nivel comercial, etiquetas Premium que garanticen este tipo de fruta. Estos dos factores van a ser los más importantes en mantener este negocio rentable y sustentable en el tiempo.

La evolución es noticia en desarrollo y aún queda mucho que desarrollar y entender esta especie tan particular, que sin duda seguirá manteniendo a Chile en la cima de la Premier League de la producción de cereza a nivel mundial.

 

MundoAgro 

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