rufas La Esperanza es el primer productor y proveedor de trufas black winter de la Argentina. Este proyecto familiar fue creado por dos amigos hace cinco años en las cercanías de Chillar, provincia de Buenos Aires. En el presente, la compañía posee quince hectáreas de plantación de trufas inoculadas en árboles de roble.
En 2010, el productor Omar Peroggi y su socio francés plantaron por primera vez la trufa black winter (Tuber melanosporum) inoculada Ilex en los árboles de roble Rober. En ese momento, la estancia ubicada cerca de Chillar se convirtió en el escenario de la primera plantación de trufas en la Argentina.
Juntos, vieron la oportunidad de proveer mercados internacionales y domésticos con trufas de la más alta calidad durante la temporada de baja cosecha en Europa (junio-agosto). Después de realizar rigurosos estudios de suelo, se llegó a la conclusión de que la estancia, junto con una combinación de clima y riego, sería un excelente lugar para la producción de trufas de alta calidad y estaría en condiciones de competir con las cosechadas en Europa.
Luego de seis años, y con los sucesivos incrementos de superficie plantada, Trufas La Esperanza cuenta con quince hectáreas en producción y, en el mediano plazo, espera llegar a las 250.
Durante 2016, la empresa registró una cosecha de 24 kilogramos de trufas premium black winter, despertando el interés del mercado local e internacional, particularmente de Europa y Estados Unidos. “Nuestro objetivo es ser los primeros y mejores proveedores desde Argentina”, indican desde la compañía.
La temporada de cosecha de las Tuber melanosporum o trufas black winter transcurre durante los meses de junio y agosto. Escondidas debajo de la tierra, se utilizan dos perros para cazar esta preciada joya culinaria. Una vez descubiertas, las trufas son limpiadas inmediatamente, ya que son muy delicadas y su duración es de solo dos semanas.
Con el objetivo de retener su frescura y la intensidad de su aroma, los expertos se aseguran que las trufas sean almacenadas en contenedores herméticos con papel absorbente (la humedad acelera el proceso de maduración). Posteriormente, las trufas son mantenidas en almacenes con temperatura controlada hasta ser enviadas a los clientes.