En busca de alternativas al polyester y otras fibras sintéticas hechas a partir de combustibles fósiles, la marca suiza Qwstion (colectivo de diseñadores y emprendedores) lanzó una nueva mochila fabricada con fibras de abacá.
Tal como explicó Hannes Schönegger, cofundador y CEO de la marca suiza, las fibras como el polyester, el nylon y el acrílico dominan el mercado de la indumentaria y los accesorios outdoor y, como otras formas de plástico, las telas difícilmente se pueden reciclar; además, envían microfibras plásticas al drenaje cuando se lavan en lavarropas.
Esta planta, originaria de Filipinas, es de la familia de las musáceas y se asemeja mucho al plátano. La principal diferencia es que los frutos del abacá no son comestibles. “Vimos que era una fibra muy duradera, así que nos dimos cuenta de su potencial y por eso seguimos desarrollándola”, sostuvo Schönegger.
El abacá se desarrolla en un ecosistema diverso, junto a otros árboles, y puede crecer sin recursos extra, es decir, sin pesticidas ni grandes cantidades de agua. En muchos casos, se utilizan para reforestar zonas del país asiático que fueron diezmadas por las plantaciones de palma, ya que las largas raíces del abacá ayudan a prevenir la erosión. Además, los productores pueden realizar la cosecha desde los tallos de la planta, sin necesidad de talar o cortar la planta entera; de esta forma, puede seguir creciendo.
Las fibras se transforman, primero, en un papel fino y resistente; luego, éste se corta en tiras y se convierten en un fino hilo para formar un tejido de alta densidad. El resultado es una tela suave, liviana y resistente, ideal para la confección de mochilas. Además, una capa de cera natural permite que la tela sea a prueba de agua.