La revolución agrícola de Drum Head: Farmer apunta a combinar acuicultura, hidroponía

ncluso el noble abeto negro lucha en el suelo delgado de este tramo de costa azotado por el viento entre Canso y Sherbrooke.

También es un lugar inesperado para encontrar un especialista alemán en automatizaciones de sistemas que dirige una tienda de comestibles.

Pero los seres vivos tienden a sorprendernos cuando encuentran los elementos fundamentales para el crecimiento.

“A los 30 decidí que era demasiado mayor para la guerra”, dijo Martin Theobold.

Los clientes de la firma alemana con la que trabajaba diseñando sistemas robóticos y drones eran militares.

Quería cultivar alimentos en sistemas que combinen la acuicultura y la hidroponía, produciendo tanto carne como vegetales orgánicos en un entorno simbiótico. Entonces le dijo a un agente de bienes raíces que le buscara una isla con un clima político estable, entre ciertas líneas de latitud y lo suficientemente lejos de otra agricultura para evitar la contaminación cruzada.

Otras islas se ajustan a esas facturas, pero Harbour Island se ajusta a su presupuesto.

Así fue como terminó conduciendo hasta Drum Head hace seis veranos.

"Lo sentí al instante, que encaja", dijo Theobold.

Drum Head es el hogar de unos cientos de almas y una pequeña flota de langostas.

Harbour Island está a la vista de la casa que Theobold compró y renovó en el continente.

Drum Head, a una hora en coche del Tim Horton más cercano, es casi tan rural como en Nueva Escocia (Meat Cove se lleva la palma).

También está tan lejos de la moderna y densamente poblada Bremen, como lo está Harbour Island de un viñedo del valle de Annapolis.

Pero los elementos básicos que Theobold buscó para él y su granja no se ajustan al cálculo estándar.

La acuaponía no requiere suelo y el clima se controla dentro de los invernaderos.

En sus términos más básicos, las verduras se alimentan de los excrementos de los peces en un sistema que no utiliza tierra.

El plan de Theobold es construir una serie de invernaderos junto con cabañas de alquiler en Harbour Island que combinen el turismo con lo que se convertirá en un centro de investigación para la producción de alimentos orgánicos acuapónicos. A esto, espera sumar su experiencia en robótica para hacer esencialmente una granja automatizada y en gran parte autosuficiente.

Se suponía que la construcción comenzaría este año, pero se retrasó casi al duplicar el costo de los materiales de construcción que venían con Covid-19.

Hasta ahora, la realidad de su revolución agrícola ha sido un poco más modesta: consiste en 1,100 lechugas cultivadas hidropónicamente este verano frente al mercado Drum Head.

Este último es una parte inesperada de su nueva vida.

Se convirtió en tendero, construyó la tienda general y comida para llevar que abrió en febrero.

“Era algo que la comunidad necesitaba”, dijo Theobold.

“Esta es una forma funcional de construir relaciones con la comunidad. Cuando te mudas a una comunidad desde lejos, es importante mirar a tu alrededor y ver qué puedes ofrecer ".

Porque al igual que con la acuaponía, las personas tienen una relación simbiótica con las comunidades en las que crecen.

Theobold llega a convertirse en parte de una comunidad cerrada con un gran océano frente a él y un gran país detrás.

Una comunidad con muchos recuerdos y muchas historias.

Así que aprendió a cocinar pescado y patatas fritas, organiza una noche de ala y la semana pasada celebró una iluminación de decoración navideña con sidra de manzana caliente.

Llega a conocer y preocuparse por sus vecinos.

"Esto me recuerda cómo era probablemente en algunos lugares de mi país hace décadas", dijo Theobold.

"La gente todavía trabaja junta aquí".

Lleva algunos años de retraso en la construcción de su sueño en la isla.

Pero está feliz donde está de todos modos.

The Cronicle Herald