n la comunidad “Curva Río Negro”, distante a 105 kilómetros de Trinidad, carretera Casarabe – El Carmen, apuestan por un modelo sostenible de producción agrícola, con el adecuado uso de los recursos naturales y la fuerza de trabajo campesino para aportar a la economía del Departamento.
Las cerca de 70 familias asentadas en la zona, buscan un desarrollo regional equilibrado luego de haber superado una cruda realidad, de aplicar un modelo tradicional e incipiente y experimentar un sistema mecanizado con mayor superficie cultivada.
La dinámica de trabajo se sustenta en su Plan de Manejo Forestal, que les ha permitido la comercialización legal de los productos obtenidos como madera y no maderables a través de un certificado emitidos por la Autoridad de Fiscalización y Control Social de Bosques (ABT).
“Nosotros nos guiamos por el trabajo que realiza nuestro comité productivo conformado por varias comisiones, administramos los recursos del plan de manejo forestal, mismos que son determinantes para nuestra producción. Hace cinco años, iniciamos el proceso de mecanización del agro comprando maquinaria agrícola con recursos propios, lo que ha permitido realizar desmonte para la posterior siembra”, indicó Hugo Monasterio, viviente de la comunidad.
Roger Stroebel, manifestó que se sienten orgullosos de trabajar la tierra, por considerar que son familias que siempre están en la lucha para llevar el sustento diario a sus hogares, trabajan de manera directa y personal para cumplir con la Ley INRA de dar la Función Económica y Social a la tierra.
Detalló que entre los articuladores del trabajo, están los representes del plan de manejo que hacen seguimiento a todo lo concerniente a los recursos naturales, un comité de producción que se encarga netamente de la producción y dos representantes del tema económico que están a cargo de las cuentas bancarias, recursos económicos que ingresan a la comunidad.
Con la maquinaria adquirida se benefició primeramente a 16 familias con el desmonte de cinco hectáreas, mismos que obtuvieron una buena cosecha y por ende mejores ingresos. Ya el año pasado, subió a 36 las familias beneficiarias reflejando que cuando se apuesta por la unidad y la organización, se obtienen logros importantes.
Explicó qué en el presente año, no se pudo llegar al mayor número de las familias debido a la emergencia sanitaria por el coronavirus, pero si han sabido capear la situación como conocedores de la realidad socioeconómica de la zona.
La Curva Río Negro se ubicada en el municipio de San Javier, distrito tres y es notorio el avance que ha alcanzado gracias a la organización marcada entre vivientes, traducido en un cambio en el sistema de labrado de la tierra, expresó Severiano Semo Mosua, secretario general del Sindicato Agrario.
Las perspectivas son amplias en la comunidad a parte de la siembra del arroz, también se dedican a la producción de plátano, yuca, caña de azúcar y tamarindo, este último producto es llevado a Santa Cruz donde tienen compradores fijos.
Eutelia Acuña, llegó de Valle Grande y se estableció en la comunidad hace cinco años, se dedicó a la producción de ají, su trabajo perseverante y tesonero hizo que pueda cultivar 15 variedades que expone orgullosa, pues se trata del fruto de su trabajo y esfuerzo.
Viviendo sola y alejada de su familia, la valiente mujer tiene la fe puesta en Dios de que su producción seguirá en ascenso, sabe que la dedicación diaria es la clave para salir adelante. Aparte del ají también cultiva cítricos como naranja, toronja, limón. Plátano, maíz, café, producción de gallinas y patos, también forman parte de su actividad.
Don Dionisio Moye Moy, está experimentando la siembra de arroz con el sistema mecanizado en su parcela, con el sudor que se propaga en su rostro se muestra satisfecho por el apoyo que le brinda la comunidad, está convencido que el sistema mecanizado se impondrá en las comunidades campesinas, como factor de desarrollo colectivo.
En la zafra de verano, unas 500 hectáreas de arroz entrarán en producción en la zona y la preocupación de los vivientes está en la falta de mantenimiento de la carretera, toda vez que no se realizó trabajo de emergencia tampoco rutinario, la dificultad será cuando llegue el periodo de cosecha y los camiones tengan problemas para ingresar a los centros de producción.
Las familias campesinas de esta comunidad, saben que la población mundial seguirá en ascenso y la demanda de productos se incrementará, por ello que trabajan con un horizonte definido, contribuir a la seguridad y soberanía alimentaria superando todas las dificultades que se presentan.
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