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a región que hoy ocupa el Partido de General Juan Madariaga (Buenos Aires) era conocida con el nombre de Tuyú, vocablo que en lengua guaraní significa “tierras blandas”. Hoy por hoy, los madariaguenses se sienten orgullosos al señalar que las semillas que formaron su sociedad actual provienen de las comunidades de inmigrantes y migrantes internos que eligieron estas tierras para construir un pueblo adornado de cultura y turismo que ofrecer.
Esta mezcla de costumbres constituye un riquísimo entramado que los identifica: un pueblo pujante que sigue trabajando, como hace más de 100 años, en conformar una comunidad plena de oportunidades para el crecimiento de todos los vecinos.
El pueblo en sí es todo un recorrido cultural enriquecedor: desde el busto de Argentino Luna, gran cantor, poeta e intérprete de la música surera; El Tala centenario ejemplar que ha acompañado a Madariaga desde los orígenes, la foto obligada para todos los que dan el “sí” en el Registro Civil; las flechas que simbolizan el pasado indígena del territorio y la antorcha, la luz del progreso; las dos plazas principales; el monumento a Benjamín Zubiaurre, fundador del pueblo y antiguo dueño de la estancia La Esperanza; la Avenida San Martín, conocida popularmente como la Avenida de los Cabezones, porque en cada una de sus esquinas se encuentran los bustos que dan nombres a las calles que la atraviesan; hasta “El Reloj”, punto de referencia de la ciudad, donado en 1957 por los residentes madariaguenses para el cincuentenario de la fundación del pueblo.
Es un espacio para el encuentro comunitario. El parque es el ámbito natural para la recreación, el esparcimiento y la cultura. Consta de espacios diferenciados: la plaza cívica, que se utiliza para eventos ciudadanos y actos conmemorativos donde se destaca una fuente alegórica con la forma del escudo de Madariaga y saltos de agua con iluminación; el parque de los abuelos, donde se encuentran juegos de mesa, remansos para el descanso y donde se localizan las canchas de tejo, taba y bochas; el espacio de los niños con juegos infantiles; y el anfiteatro para el desarrollo de actividades culturales.
La Plaza Tuyú fue rebautizada como Plaza San Martín cuando se emplazó allí el monumento al General San Martín con motivo del centenario de su fallecimiento.
En sus inicios se encontraba rodeada de zanjas, desagües pluviales y todo su perímetro estaba alambrado con molinetes de madera en sus entradas.
En su entorno se encuentran importantes edificios, como la Escuela Nº 1, el Salón Parroquial, la Iglesia, el Instituto Terciario Nº 59 y el Instituto San José.
Se destaca frente a la plaza el Templo Parroquial “Sagrado Corazón de Jesús”, cuya piedra fundamental fue colocada el 27 de Febrero de 1909, en terrenos donados por el matrimonio Madariaga-Anchorena, quienes además aportaron los fondos para la construcción del edificio.
Este espacio verde de la ciudad fue donado por Josefa Anchorena de Madariaga y su esposo, el doctor Carlos Madariaga, para la recreación, práctica de deportes y el disfrute de juegos infantiles.
Antiguamente, se lo llamaba Barrio de las 14 Provincias. Fue especialmente arbolado con ejemplares muy selectos y hasta exóticos, como las palmeras que fueron introducidas en la zona por el paisajista francés Carlos Thays. El parque es el escenario natural para la escenificación de la Pasión según San Juan en Semana Santa y la ceremonia de inicio de la Fiesta Nacional del Gaucho.
Esta pintoresca edificación de arquitectura inglesa fue declarada Monumento Histórico y Patrimonio de la Cultura e Historia Madariaguense en 1996.
Fue inaugurada el 7 de noviembre de 1907 con la llegada del primer tren del ramal Guido-Juancho del Ferrocarril del Sud. Un mes después, el 8 de diciembre, llegó un segundo tren y se realizó el primer remate de tierras que da origen al “Pueblo y Colonia del Divisadero”, hecho que se toma como fecha de fundación del pueblo.
En el área de la estación se pueden apreciar los viejos galpones, el tanque de agua de base circular ladrillera con arcos en relieve y el Carrillón de Rieles, monumento sonoro en homenaje al ferrocarril, sus hombres y al pueblo nacido en sus orillas.
Sobre la calle Alem, a unos metros de la estación, está el Tala del Embarcadero, ejemplar que fuera sombra y abrigo a los arrieros que traían las tropas para embarcar en el tren. El mismo fue declarado Árbol Histórico en 1993, a través de la Orden Municipal 651.
Se llamaba La Unión porque era el eje principal del pueblo, donde se instalaron los primeros negocios y se desarrollaron las principales actividades pueblerinas. Hoy, continúa siendo la calle céntrica de la ciudad y la principal arteria comercial.
Durante el recorrido por la calle Avellaneda se puede descubrir el patrimonio arquitectónico de la ciudad a través de placas que identifican algunas de las construcciones más emblemáticas de esta arteria, así como de imágenes que nos remontan a los primeros años, colocadas en algunas de las esquinas desde la misma perspectiva que se tomó la foto hace más de 90 años.
Retomando una vieja tradición popular, a partir de 1997 comienza a funcionar el proyecto “Pintemos Murales en Nuestra Ciudad”, propuesto y dirigido por la artista plástica Silvia Goltzman. Actualmente, además es coordinado por la Asociación Amigos de la Escuela Municipal de Bellas Artes, iniciativa que está auspiciada por comerciantes, entidades públicas y privadas, y por la Municipalidad de General Madariaga.
Identidad, pluralidad, lo individual y lo colectivo, lo regional y lo universal, el gesto solidario y la comunión de voluntades, convergen en esta idea. Niños, adolescentes y adultos de todos los ámbitos de la comunidad participan de este proyecto, desde la confección de los diseños hasta su realización.
Ya se han realizado más de 30 murales en diferentes espacios públicos e instituciones de la ciudad. Secuencias de aves, árboles, presencias humanas e imaginarias, organizadas en formas simples que aluden a lo esencial, rescatando la eterna tradición del carácter bidimensional del muro.
La propuesta incluye disfrutar de su recreo que ofrece pesca, deportes náuticos, campamentismo, sector de parrillas, juegos infantiles, proveeduría, hermosos montes de tala, y las visitas guiadas en la Reserva Natural Provincial Laguna Salada Grande.
General Juan Madariaga es el partido bonaerense que posee mayor cantidad de lagunas nominadas: en total son 67. Los humedales constituyen un recurso de gran valor económico, cultural, científico y recreativo; son un verdadero tesoro ecológico, criaderos de vida y, por lo tanto, uno de los ecosistemas más productivos del planeta.
La Laguna Salada Grande, que se encuentra en el límite natural con el Partido de General Lavalle, es salobre dado que es una antigua ingresión marina. Se trata de un excelente espejo de agua salobre de aproximadamente 5.500 hectáreas de extensión, sin contar los innumerables cañadones de desborde, y su profundidad en niveles normales es de 2,80 metros.
De esta manera, es un excepcional lugar para desarrollar deportes náuticos, tanto remo (kayak, canoa) como vela (windsurf, velero). También se practica pesca deportiva, principalmente embarcados y con línea de flote o paternóster, estando expresamente prohibido el uso de redes de todo tipo.
En los juncales y totorales ribereños se pueden observar grandes comunidades de cisnes de cuello negro, garzas, gallaretas, macas, macasitos, espátulas, biguas y junqueros que, junto a carpinchos y comadrejas coloradas, conforman una rica fauna que a cada instante puede enriquecerse con nuevas especies, ya que Salada Grande es considerada una de las reservas de avifauna más grande del mundo.
