uego de varios años de estudio, científicos de la Universidad Nacional de Córdoba lograron obtener biopelículas -que remplazan a los films derivados del petróleo- que se utilizan principalmente para recubrir alimentos. Utilizaron triticale, un cereal que es “hijo” del trigo y el centeno y que se usa para forraje. Enterate de más detalles de este proyecto que permite cuidar nuestro planeta y, además, le agrega valor a un producto que es propio de la Región Pampeana.
Alicia Aguirre es doctora en química. Hace algunos años tuvo una idea brillante que permite hoy lograr que la ciencia pueda agregarle valor a los productos primarios que crecen en Córdoba y al mismo tiempo que ese desarrollo sea sustentable.
La investigadora de la Facultad de Ciencias Exactas Físicas y Naturales comenzó a estudiar las propiedades del triticale, un cereal producto del cruzamiento del trigo y el centeno. Determinó que extrayendo sus proteínas y modificándolas a través del agredado de aditivos para que estas sean más flexibles e impermeables se podían obtener películas biodegradables que reemplacen a films sintéticos (nylon, PVC) que tienen un uso comercial masivo y que son fuente de contaminación ambiental.
“El proyecto (NdR. “Estudio de las propiedades de biopelículas elaboradas a partir de proteínas de triticale”) está pensado para películas biodegradables que se utilicen en la industria alimentaria, principalmente para recubrir a los alimentos. Aunque no es posible reemplazar totalmente los films sintéticos, las películas de biopolímeros tienen el potencial de reemplazarlos en algunas aplicaciones”, cuenta Aguirre.
Si bien el proyecto está en una fase experimental, la especialista adelanta que ya han avanzado en la utilización de harina de triticale y en agregar al biofilm antimicrobianos que permitirían mantener las propiedades orgánicas de los alimentos.
“Si a las biopelículas se les adicionan antimicrobianos (aceites) esenciales naturales no sería necesario que los alimentos tengan conservantes ya que el film haría de protección”, explicó la química.
Cabe destacar que el interés en películas de biopolímeros se ha incrementado en los últimos años debido a que son una alternativa a los films sintéticos.
“En el mundo existen varios proyectos como este y son aplicables desde el punto de vista industrial –se entusiasma Aguirre-, lo particular de esta investigación es que usamos triticale, un cereal que no es común para la alimentación humana por lo que no hay una competencia directa entre alimentos e industrialización de alimentos. Este cereal en Argentina tiene un uso exclusivo forrajero. La realización de este proyecto permite valorizar una materia prima de bajo costo y propia de nuestra región, agregándole valor a través de un proceso tecnológico como es el de obtención de nuevos biopolímeros para películas”, argumentó.
Infonegocios