e trata de una planta de desarrollo anual, que crece en forma de mata capaz de alcanzar una altura de entre 1 a 3 metros. Sus hojas son anchas y con diferentes formas en un mismo ejemplar. Sus pequeñas flores son hermafroditas, carecen de pétalos, son de color rojo o púrpura y se agrupan formando un racimo en el extremo del tallo con ejes laterales que se ramifican de nuevo en forma de espiga, conocido como panoja.
La quinoa puede cultivarse en huertos espaciosos que permitan albergar al menos 10 plantas, que es la cantidad mínima necesaria para asegurarse una producción total de 500 gramos de granos. Sin embargo, se pueden sembrar en menor número si sólo se busca aprovecharlo como ornamento en un jardín. No se recomienda su cultivo en macetas debido a las dimensiones que pueden alcanzar.
La reproducción de esta especie tiene lugar por semillas que deben plantarse apenas comienza la primavera, cuando el suelo tenga una temperatura aproximada de 15 °C. Debe tenerse presente que raramente crecen en zonas donde se registren niveles térmicos superiores a los 35 °C, o por debajo de los 0 °C.
Para el cultivo de quinoa son ideales los suelos francos a franco arenoso-arcilloso, con pendientes moderadas y buen drenaje, y deben tener contenidos altos de materia orgánica porque se trata de una planta con alta demanda de nitrógeno.
En cuanto a su exposición, los ejemplares de esta especie crecen muy bien cuando se ubican en áreas que reciben pleno sol, aunque también pueden desarrollarse en sitios con media sombra con la consiguiente disminución de su productividad.
Antes de la siembra, y teniendo en cuenta que las semillas son muy pequeñas, se necesita llevar a cabo una buena preparación del terreno, a fin de ayudar a la germinación y a que los brotes emerjan de manera uniforma, como así también a eliminar las malezas que pudieran estar presentes en el suelo.
Debe tenerse en cuenta que la quinoa crece lentamente y puede tener problemas para competir con las malas hierbas de crecimiento rápido, así que es muy importante deshacerse de cualquier otro crecimiento en el terreno antes de plantarla.
Una vez preparada la tierra, se procede a la siembra, poniendo las semillas en hileras entre unos 0,8 y 1,2 centímetros de profundidad, en pequeños grupos separados entre 25 y 35 centímetros de distancia y se las cubre luego con tierra. Pasados cuatro días comenzarán a emerger los brotes, y si en cada grupo se produce más de uno, se debe dejar sólo la planta joven más fuerte.
El riego sólo es necesario si no se producen lluvias naturales. En todo caso, para ayudar a una mayor producción de granos de quinoa es conveniente mantener un adecuado nivel de humedad de la tierra, regando de vez en cuando durante los períodos secos y evitando los excesos que puedan arruinar la planta.
Flor de Planta