La compañía australiana Naturo, radicada en Queensland, es la protagonista del hallazgo más importante de la industria lechera a nivel mundial desde el descubrimiento de la pasteurización en 1864: presentaron una manera de mantener la leche fresca por sesenta días sin necesidad de pasteurizarla ni de agregarle conservantes.
El director ejecutivo de la compañía, Jeff Hasting, manifestó que ofrecen “una técnica de tratamiento mucho más delicada que no depende de la pasteurización, que es un proceso bastante agresivo, ni de la homogeneización”. Y remarcó: “La nuestra es una leche larga vida, pero con el sabor de la leche fresca”.
La empresa planea exportar el producto a China, Japón, Malasia e Indonesia, entre otros destinos, además de mejorar la producción de quesos y otros derivados lácteos. En pos de ello, buscan inversores para la instalación de una planta piloto con capacidad para generar alrededor de diez millones de litros anuales de leche.
La iniciativa se da a conocer en un momento en que en la Argentina se registran ventas de leche cruda a causa de la disminución del stock en las góndolas y del aumento de precios. Sin embargo, esta práctica fue prohibida en las provincias de Buenos Aires y Mendoza.
Respecto a esto último, la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) hizo hincapié en que “durante la producción primaria, la leche puede contaminarse con microorganismos procedentes de los animales o del medio ambiente y, por ello, puede contener bacterias”.