a cercanía del verano reaviva la necesidad de un descanso luego de un año atípico y dificultoso en medio de una pandemia a la que aún no se ha logrado controlar. El panorama para planificar viajes tanto dentro del país como al exterior es incierto si bien la reapertura de vuelos y el lanzamiento de medidas de incentivo al turismo intentaron despertar el espíritu típico de esta época del año.
El temor al contagio, a quedarse varado en el lugar de vacaciones o continuar con protocolos de cuidado y restricciones más estrictos hace que el turismo de cercanía se vea favorecido. Mucho más en aquellos casos en los que se cuenta con una propiedad en zonas alejadas de los centros urbanos.
Según el informe sobre Turismo interno del Ministerio de Turismo y Deportes de la Nación del segundo trimestre de 2020 “el 53,7% de los turistas se alojaron en viviendas de familiares y amigos, mientras que un 34,3% se hospedó en una segunda vivienda del hogar. En contrapartida, el 11,8% utilizó un alojamiento pago (hoteles, viviendas alquiladas, camping)”. Esto demuestra que en relación al año anterior, hay un aumento de 10,8 puntos porcentuales en la participación de segundas viviendas como el tipo de alojamiento elegido.
La segunda vivienda es en muchos casos la casa de campo a la que solo se tenía en cuenta a la hora de trabajar y que en este contexto toma protagonismo como lugar de descanso. Tomás Podestá Ingeniero mecánico y socio de Campo Solar, ubicado en González Chávez provincia de Buenos Aires, relata que en lo que es energía solar para generar electricidad en viviendas aisladas en el campo han venido muchísimo “porque ahora están planificando pasar las vacaciones en el campo con toda la familia y tener otras comodidades”.
Dentro de las condiciones que se buscan para vacacionar en la casa de campo se advierte en los últimos meses un incremento en las consultas sobre cómo adecuar un tanque australiano para ser utilizado como pileta. Según las fuentes consultadas el recubrimiento de lona hecho medida es el método más utilizado, en primera instancia para solucionar filtraciones y en segundo lugar para mejorar las condiciones de la calidad del agua. “En Córdoba, Buenos Aires, Santa Fe se está usando porque es menos costoso que poner una piscina” responde Leonel Allasia de Lonera San Marcos Sud, Córdoba.
Tanto para los que están construidos en cemento como los hechos de chapas de zinc o galvanizadas hay que tener en cuenta la base de apoyo ya sea que esté hecha de hormigón o suelo natural. Es necesario que la superficie esté libre de objetos cortantes o con puntas e incluso puede colocarse un material de apoyo o arena. Si los bordes del tanque son filosos se puede cortar una manguera que recubra el filo de las chapas para proteger lona que quedará colocada como una funda.
En cuanto al precio Allasia ejemplifica que “para un tanque de 10 metros de diámetro con una profundidad de 1,20 el costo es de 78.000 pesos con IVA incluido”.La duración supera los 10 años siempre que se mantenga el tanque con agua para evitar el impacto directo del sol o el frío.
Hay otras condiciones que favorecen la utilización de este sistema para la reutilización del tanque australiano. Una de ellas es que la industria metalúrgica no está entregando chapas afectada principalmente por la fluctuación del dólar, por lo cual conviene reparar lo existente. A ello Podestá agrega que “la situación cambiaria del país favorece a realizar inversiones en todo tipo de productos importados que estén referenciados al tipo de cambio del dólar oficial”. Es por eso que advierte “se empiezan a volcar mucho más en inversión de infraestructura , entonces las ventas de los últimos tres meses no las habíamos tenido en todo el año”.
Jorge Luis Parés, arquitecto UBA, instaló un tanque australiano en el Establecimiento ganadero La Paquita, ubicado en Mercedes, provincia de Buenos Aires. Allí se dedican a la cría de Angus colorado y ovejas cruza Pampinta, actividad que se complementa con el hospedaje rural. El reservorio comenzó a utilizarse para abastecer a los animales y cuando comenzaron con la actividad turística se acondicionó para su uso como pileta. En cuanto a la construcción comenta que “se quitó la tierra negra, luego colocaron tosca apisonada, una malla de hierro en el lugar del piso y se armó una viga perimetral de hierro. La base se completó con hormigón quedando el borde inferior del tanque firmemente adherido”.
Ante la consulta sobre el uso del tanque tanto para esparcimiento como para abastecer al ganado el Ing. Tomás Podestá afirma que ”se pueden hacer las dos cosas a la vez, pero no se puede poner cloro en el agua para conservarla”. Como recomendación agrega que hay que dejarla tal cuál sale de la bomba o del molino y esto no debería ocasionar el problema de que se pudra porque hay una renovación constante.
“El mantenimiento es riguroso, todos los años con pintura especial tanto en sentido práctico como estético”, concuerda el arquitecto Parés quien además señala que el agua debe mantenerse en buenas condiciones para que pueda ser utilizada tanto para recreación como para el ganado. En el caso del agua para consumo humano, aclara que proviene de otro tanque ubicado en altura para darle suficiente presión y que llegue a todas las cabañas.
Para Laureano Marsans de Tandil, provincia de Buenos Aires que se dedica a la construcción de tanques australianos para usarlos como pileta, la pandemia y la escasez de chapas le han generado un impacto negativo ya que a pesar de que la demanda de trabajo se duplicó respecto del año pasado no hay posibilidades de responder. En cuanto al costo expresa que “un tanque de 6 chapas está en 176.000 pesos listo para usar”.
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