s muy fácil, seguí los pasos a continuación y vas a poder cultivar tus plantas de albahaca sin ningún problema. Tendrás así un suministro constante de albahaca para utilizar en tus recetas.
Lo único que necesitás son los tallos de albahaca, cuanto más frescos y sanos mucho mejor, unos vasos con agua y un poco de paciencia. Arrancá las hojas del tallo que puedan quedar sumergidas en el agua, si el tallo en cuestión presenta algunas flores arrancalas también. Hemos de dirigir todas las energías del tallo de albahaca al enraizamiento. Poniéndolo en un vaso un poco de agua, medio vaso está bien, se debe espera una semana. En ese plazo de tiempo tus tallos echarán un buen número de raíces.
Si tenés posibilidad, colocá unos tallos de sauce ya que facilitan el enraizamiento al actuar como hormona de crecimiento de origen vegetal. En cuanto tus tallos de albahaca tengan raíces ya podés plantarlos en una maceta con un sustrato rico pero ligero. Las dos o tres primeras semanas tendrás que vigilar estrechamente sus necesidades hídricas, las tiernas raíces no deben sufrir ninguna falta de agua, ni exceso tampoco. El sustrato debe estar siempre húmedo pero nunca encharcado, para ello es importante que hayas preparado un capa de drenaje en el fondo de la maceta.
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