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a estancia Nahuel Ruca propone “manejar el pasto y no la tierra”. El establecimiento de 400 hectáreas es reconocido por su ganadería de cría, potreros con boyero eléctrico y pastoreo por oferta. En este negocio agropecuario, el tamaño de las parcelas se maneja según la estación del año.
Nahuel Ruca es una propiedad y empresa familiar que se inició en 1947 con vacas, ovinos y equinos. Perteneciente a seis hermanos, arrienda sus 400 hectáreas para ganadería. “Decidimos arrendar el campo a un tercero porque somos varios en la familia y es más fácil dividir la plata que las tareas laborales, y así no entramos en litigios o tironeos”, explica Pedro Urrutia, encargado de la propiedad. “A su vez, yo vivo aquí y estoy a cargo de la ganadería de esta empresa donde se hace cría con Angus, Hereford y ahora con Limangus, para no caer en consanguinidad”, agrega.
Otra de las particularidades de Nahuel Ruca es que desde hace 25 años no implanta pasturas. Los animales son alimentados con pasto nativo, obteniendo excelentes resultados como menores costos y buenas tasas de engorde. “La ventaja de trabajar con pasto nativo, además de ahorrar en costos de implantación, es que se logra un planteo más tranquilo y con mayor bienestar animal. No hay que dedicarse a sembrar pasturas, no hay que lidiar con agroquímicos, y al no hacer verdeos, hasta hemos dejado de vacunar para la diarrea y ya no tenemos ese problema”, destaca Pedro.
Los números confirman la buena performance de este modelo, registrando una carga por hectáreas de 1,3 vacas, con un índice de preñez del 95% en los últimos cinco años. El primer servicio se realiza a los 15-18 meses, con un rinde de 10 terneros por cada vaca.
Actualmente, la empresa realiza inseminación en vaquillonas de primera parición con un rodeo de 350 vacas y 12 toros.