erónica Bustamante y Rodrigo Rendón nacieron en Colombia pero viven en la Argentina desde hace más de una década, y nunca dejaron atrás la tradición juguera del país caribeño.
Ella es ingeniera en sistemas y él diseñador industrial. Comenzaron con Curuba Lab luego de un viaje a California, donde detectaron que, al igual que en su país de origen, el mercado de jugos naturales era fuerte, mientras que en la Argentina todavía no.
Invirtieron US$5.000 propios y lanzaron, junto a un socio gastronómico que luego dejó el proyecto, una empresa de jugos detox que preparaban en la cocina de su casa. La bautizaron Curuba Lab por una fruta tropical y, además, porque se consideran un laboratorio de texturas, recetas y sabores.
Empezaron con jugos desintoxicantes con la técnica cold press, en la que se prensa en frío la fruta o verdura y se les extrae el jugo. La botella no contiene agua, conservantes ni azúcar agregado, y tiene un kilo de frutas y verduras con todas sus propiedades.
Para el consumo regular, sumaron limonadas, leches vegetales e infusiones. Los 18 productos que ofrecen actualmente son aptos veganos y sin TACC.
En verano producen 2.000 litros mensuales, mientras que en invierno generan la mitad. Se venden en envases de 500 ml y 330 ml.
Comenzaron vendiendo vía web y en dietéticas. Más tarde, sumaron a Mario Chalita, ingeniero químico cordobés que replicó el modelo en restaurantes y cafés. Por ahora, están enfocados en sumar esos canales en Buenos Aires y trabajan en un nuevo diseño de envases que alargará la vida útil del producto.