Ambiente Sustentable / Huella de Carbono

Agricultura regenerativa: una alternativa para reducir las huellas de carbono

Es una práctica que utiliza métodos agrícolas y de pastoreo que pueden revertir las consecuencias del cambio climático mediante la reconstrucción de la materia orgánica del suelo

Agricultura regenerativa: una alternativa para reducir las huellas de carbono
jueves 12 de septiembre de 2019

En 2015, un grupo de investigadores norteamericanos sumergió unas pequeñas sondas en el suelo de una zona rural ubicada al sur de San Francisco (California), con el objetivo de medir la cantidad de carbono almacenado en la tierra. Si bien las cifras no fueron divulgadas, en 2018 se repitió el experimento y se descubrió que la cantidad de carbono en el suelo había crecido. Como las consecuencias del cambio climático son reales y el planeta requiere que se tomen medidas de inmediato, los especialistas plantearon la siguiente hipótesis: “Una manada de ganado que pasta en la tierra puede estar luchando contra el cambio climático al ayudar a capturar carbono adicional del aire en el suelo”.

Con esta premisa, surgió el siguiente interrogante: ¿Es posible elaborar alimentos de la industria ganadera que sean neutrales en carbono? Es sabido que el ganado –y por extensión la carne y los lácteos– producen huellas de carbono importantes. Un estudio reciente demostró que los estadounidenses necesitan comer un 90% menos de carne de res y un 60% menos de leche para mantener el calentamiento global por debajo de los dos grados; aun así, otro análisis sugirió que si los agricultores manejaran el pastoreo mediante técnicas relacionadas con la agricultura regenerativa, la etapa final de la producción de carnes podría secuestrar más carbono del que produce.

Las prácticas agrícolas regenerativas podrían almacenar carbono en granjas de otros cultivos. Si esto se extendiera a toda la industria, algunos expertos aseguran que los cambios pueden ser sustanciales: si la cantidad de carbono en los suelos aumentara un 0,4% anualmente, se podrían compensar las 4.300 millones de toneladas de emisiones de dióxido de carbono que los seres humanos bombean cada año a la atmósfera.

Las empresas de alimentos que intentan reducir las emisiones en la producción de sus industrias afrontan un gran desafío. “Llegamos a la conclusión de que nuestra mayor oportunidad para generar un impacto no solo en la reducción de emisiones, sino también en tratar de convertir la agricultura en una solución para el cambio climático, radica en mejorar la salud del suelo”, advierte el director de agricultura orgánica y sostenible de Stonyfield Farm, Britt Lundgren.

El potencial para alterar los cálculos de emisiones de la agricultura animal es muy interesante para las compañías que cuentan con vacas en sus cadenas de suministro, ya que las nuevas firmas de carne y lácteos elaborados a base de plantas están creciendo rápidamente gracias a las exigencias ambientales. De todas maneras, poner en marcha los cambios no es tan simple, ya que detrás de los números de la agricultura regenerativa existe una controversia científica acerca de cuánto carbono se reduce realmente.

Como muchos sabrán, las vacas en sí representan un problema para el medioambiente por varios motivos:

- Cuando comen, los microbios de su estómago producen metano –un potente gas de efecto invernadero–, que el ganado eructa a un ritmo casi tan contaminante como la industria del gas natural.

- Su estiércol y el pastoreo excesivo representan grandes fuentes de emisiones.

- En la última etapa de su vida son enviadas a corrales de engorde donde se utilizan fertilizantes para cultivar granos que generan emisiones.

- En muchos países se talan sectores tropicales para que puedan expandirse.

El argumento de la agricultura regenerativa plantea que cuando el pastoreo está bien administrado, los animales pueden ayudar en el secuestro de carbono. Como los suelos son un sumidero de carbono de origen natural, debido a que las plantas absorben dióxido de carbono a medida que crecen y luego empujan carbono adicional a la tierra a través de sus raíces, se podría confirmar que actualmente contienen alrededor de 2.500 billones de toneladas de carbono almacenadas. Las técnicas agrícolas convencionales, que incluyen el arado de la tierra, el pastoreo excesivo y dejar el suelo desnudo entre cultivos, son las que lo liberan. Según datos oficiales, los suelos agrícolas de todo el mundo ya perdieron entre el 50% y el 70% del carbono que alguna vez tuvieron.

Defensores del argumento regenerativo señalan que cuando el ganado pasta lo suficiente, es posible ayudar a las plantas a crecer más rápido empujando más carbono hacia el suelo. Otras técnicas, como plantar árboles o esparcir compost, también pueden contribuir a que las granjas o ranchos absorban carbono a un ritmo más efectivo. Allí es donde surge el interrogante acerca de si es bueno o no el pastoreo.

Las técnicas empleadas por la agricultura regenerativa son modos de trabajar antiguos que fueron sustituidos por la agricultura industrial moderna. La ciencia nunca dejó de avalar su eficacia, de modo que no representarían un gran riesgo. Un estudio realizado en 2018 descubrió que la carne de res alimentada con pasto, producida a partir de vacas que pastaban con métodos regenerativos, podrían ser neutrales en carbono o carbono negativas para la última etapa de vida del animal. Sin embargo, hubo investigaciones que demostraron lo contrario.

No está claro qué cambios podrían producirse, aunque no caben dudas que para eliminar todas las hipótesis es necesario seguir investigando. “La ciencia está completamente inestable. Hay resultados interesantes que serán motivo de conversación al cabo de un tiempo, pero definitivamente necesitamos investigar más. Ciertamente, parece haber suficiente evidencia para sugerir que el pastoreo bien administrado puede secuestrar una gran cantidad de carbono, aunque necesitamos entender exactamente cuánto, bajo qué manejo, con qué tipos de suelo y durante qué períodos de tiempo”, relató Paige Stanley, la autora del estudio.

El carbono que se captura en el suelo puede perderse si algo cambia en una granja y si, después de un tiempo, se producen desequilibrios entre el carbono que entra y sale del suelo. Así, terminar con el ganado en el pasto sería menos productivo que los lotes de engorde, por lo que podrían generarse más emisiones a medida que la producción se extiende sobre las granjas.

Un informe sobre el futuro de los alimentos realizado por el Instituto de Recursos Mundiales llegó a la conclusión de que el potencial de secuestro de carbono en el suelo es algo limitado, por lo que su autor, Tim Searchinger, no dudó en decir que el término “regenerativo” forma parte de las palabras banales que con el tiempo pueden convertirse en “lavado verde”. En sintonía, un análisis de la Red de Investigación del Clima Alimentario en el Reino Unido detalló que una mejor gestión del ganado solo secuestra carbono bajo ciertas condiciones y no en grandes proporciones como para compensar el impacto negativo de criar a estos animales.

El consumo de carne viene aumentando a pasos agigantados; según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), crecerá en un 76% para 2050, año en que las emisiones globales deberían acercarse a cero para que el mundo no sufra las consecuencias. Para satisfacer las demandas del mercado, los agricultores continúan talando indiscriminadamente bosques, expandiendo sus cultivos y provocando escenarios significativamente negativos.

Sería muy difícil, aunque no imposible, que la industria de la carne satisfaga las demandas solo a partir del uso de pastizales nativos. Asimismo, para notar cambios significativos, es preciso que los consumidores reduzcan su consumo.

Con la carne, los lácteos y los cultivos de plantas que se producen en la actualidad, muy pocos fueron los agricultores que se inclinaron por técnicas regenerativas. Larry Kopald, fundador y presidente de Carbon Underground, una organización que trabaja e investiga sobre estas prácticas, sintetizó que es notorio que la demanda existe, pero la oferta no.

A pesar de las dudas sobre su potencial, hay indicios de que la agricultura regenerativa puede representar una solución, al menos en el corto plazo. Si las personas cambiaran sus hábitos y consumieran carnes y lácteos de origen vegetal o de laboratorio, el panorama sería bastante alentador. Las compañías alimenticias y los agricultores cada vez son más conscientes de que es necesario implementar un cambio para que el suelo siga siendo lo suficientemente saludable para seguir produciendo. “La primera pregunta que surge frente a una empresa de alimentos es: ¿Cómo maneja la cadena de suministros? Al escuchar las respuestas, nos encontramos con objeciones de todo tipo. Esto se debe a que el suelo se está muriendo y ya no confiamos en el sistema. El cambio debe suceder ya mismo, porque es preciso que confiemos en el sistema alimentario que tenemos”, reflexionó Kopald.

 

Algunas empresas que se inclinaron por el cambio:

- En 2018, General Mills lanzó una edición especial de macarrones con queso para resaltar el trabajo de un agricultor que utiliza métodos regenerativos para cultivar el trigo y los guisantes que se emplean en la pasta. En 2019, fueron más allá y anunciaron planes de implementar agricultura regenerativa en más de un millón de acres de tierras de cultivo.

- Patagonia realiza cervezas a partir de trigo kernza, cultivado regenerativamente.

- La lechera Stonyfield se enfocó en el manejo de sus granjas: trabaja activamente en construir herramientas que puedan medir de forma rápida y económica los cambios en los niveles de carbono en el suelo de las granjas para comprender los beneficios climáticos en sus cadenas de suministro. “Estamos trabajando con agricultores orgánicos, desarrollando herramientas para que controlen la salud del suelo y aprendan a secuestrar más carbono. Es un esfuerzo diseñado para aplicar en cualquier cadena de suministro de cualquier parte del mundo. La tarea es complicada, pero es un gran desafío si queremos alimentar a las generaciones que nos sucederán”, puntualizó Lundgren.

- Danone Norteamérica comprometió seis millones de dólares de sus ingresos para investigar la salud del suelo y la agricultura regenerativa. Según la directora senior de agricultura, Tina Owens, este método de trabajo será clave para cultivar alimentos en el futuro. “Estamos trabajando para proporcionar las herramientas necesarias y la brindamos asistencia técnica sobre el terreno. En muchos casos, incluso, financiamos o subvencionamos a quienes necesitan adoptar estas prácticas a lo largo de varios años”, alegó.

La meta es llegar a ser carbono neutral para 2050 en base a prácticas regenerativas. “Creemos que este método, aun en una etapa temprana de desarrollo, es de vital importancia para el futuro de la agricultura, ya que abarca prácticas agrícolas y de pastoreo que pueden revertir el cambio climático mediante la reconstrucción de la materia orgánica del suelo y la restauración de los suelos degradados. Queremos explorar y participar activamente en este espacio de evolución”, expresó Owens.

- La granja Straus Family, ubicada al norte de California, transforma el estiércol en energía para la lechería.

- La Universidad de California-Davis, alimenta a las vacas con algas marinas, que ayudan a reducir la mitad de las emisiones de metano de sus eructos.

- En ranchos costeros de Cloverdale (California), los ganaderos controlan cuidadosamente cuándo y dónde pastan los animales sin permitir que las plantas coman hasta agotarse. Este procedimiento, bien hecho, alienta a las plantas a que crezcan más, absorbiendo mayores cantidades de carbono. “Estas praderas evolucionaron con grandes manadas de pastores: alces y berrendo. Entonces, dado que se han eliminado, los pastizales necesitan algún tipo de perturbación para mantenerse vibrantes y hacer lo que mejor saben hacer, que es capturar carbono y proporcionar un buen hábitat”, remarcó Doniga Markegard, de Markegard Family Grass-Fed.

- En la granja White Oak Pastures (Georgia), los granjeros optaron por adoptar prácticas regenerativas rotando a diferentes animales a través de pastos para fertilizar el pasto para el ganado. Una evaluación reciente del ciclo de vida de un tercero descubrió que la granja almacena más más carbono en el suelo del que emiten sus animales a lo largo de todas sus vidas.

- Cooks Venture –una compañía lanzada a principios de 2019 por uno de los cofundadores de la firma estadounidense Blue Apron– utiliza técnicas regenerativas para criar gallinas de reliquia en pastizales, asociándose con granjas que cultivan pollos con estos procedimientos. El objetivo es llegar a producir diez millones de pollos al año.

 

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