uince países de Asia y Oceanía firmaron el acuerdo la Asociación Económica Integral Regional (RCEP, en sus siglas en inglés), es el mayor tratado de libre comercio del mundo. China, Japón, Corea del Sur, Australia y Nueva Zelanda suscribieron el pacto junto a los diez países miembros de la Asean (la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático, integrada por Indonesia, Tailandia, Singapur, Malasia, Filipinas, Vietnam, Myanmar, Camboya, Laos y Brunei) al término de la cumbre de esa organización, celebrada este año por videoconferencia.
La India se retiró de las negociaciones del acuerdo en 2019 y se negó a volver. Las empresas indias alertaron sobre el posible aumento de las importaciones chinas baratas y cuestionaron que el acuerdo habría hecho poco para promover el comercio de servicios, un área en la que India tiene una ventaja.
El acuerdo representa cerca del 28 % del comercio mundial, con 2.200 millones de personas, concentra cerca de un tercio de la población del mundo.
La RCEP toma la mayoría de los acuerdos existentes firmados por los 10 miembros de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (Brunei, Camboya, Indonesia, Laos, Malasia, Myanmar, Filipinas, Singapur, Tailandia y Vietnam) y los combina en un solo pacto multilateral con Australia, China, Japón, Nueva Zelanda y Corea del Sur.
El acuerdo busca lograr una apertura de los intercambios comerciales y para ello se calcula la eliminación del 90 % de las barreras arancelarias por los próximos 20 años entre este grupo de países. También aborda temas como la economía digital, la propiedad intelectual y la uniformización de reglas administrativas.
En total, la RCEP disminuye aranceles y establece reglas en una veintena de áreas. Entre otros, elimina impuestos en un 61 % de las importaciones de productos agrícolas y pesqueros de la Asean, Australia y Nueva Zelanda, junto a un 56 % de China y un 49 % de Corea del Sur. Especialistas señalaron que se necesitará tiempo para ratificar la RCEP e incluso más para que entren en vigencia algunas de las disposiciones arancelarias.
Los documentos del acuerdo no fueron públicos y denunciaron que a los representantes electos tampoco se les permitió verlos.
Arieska Kurniawaty de Solidaritas Perempuan en Indonesia sostuvo a Reuters que "el acuerdo carece de disposiciones para proteger a los trabajadores y el medio ambiente, y perjudicará a los pequeños agricultores y empresas en un momento en que ya están sufriendo la pandemia".
Kartini Samon, investigadora de GRAIN, una organización que trabaja con pequeños agricultores declaró que "una de las principales preocupaciones que tenemos es que facilitaría más transferencias de tierras de las comunidades rurales a las corporaciones extranjeras" y agregó que "el acuerdo de RCEP tiene el potencial de exacerbar la captura de tierra y agua para inversiones a gran escala, deforestación y degradación del ecosistema".
Por su parte, en un comunicado los países firmantes del acuerdo indicaron que "creemos que la RCEP, como el mayor acuerdo de libre comercio del mundo, representa un importante paso adelante hacia un marco ideal de comercio global y reglas para la inversión".
Algunos especialistas destacan que el pacto representa una alternativa al TPP, el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica. La Administración de Barack Obama negoció dicho acuerdo asociando comercialmente a más de una decena de países excluyendo a China. Cuando Trump llegó a la Casa Blanca ordenó la retirada del pacto.
Como señala Esteban Mercatante "en la competencia por el liderazgo global y el ascendente sobre otros países, China sí pudo, coyunturalmente, ocupar el lugar abandonado por EE. UU. y presentarse como adalid del "globalismo". Con Donald Trump proclamando "América Primero" y atacando la globalización en todos sus discursos, Xi Jinping se propuso como el garante de la integración económica. En todos los foros mundiales y reuniones de organizaciones internacionales, casi todos ellos conformados a instancias de EE. UU., China fue avanzando posiciones y convirtiéndose en puntal a medida que Trump les dio la espalda o manifestó su desdén".
Con Biden como presidente de EE.UU. "los Demócratas intentarán regresar a una agenda más globalista -aunque hay motivos profundos por los cuales esta reorientación encontrará límites - y será más complicado para China seguir ocupando el lugar vacante que le dejó Trump", agrega el economista.
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