n la Argentina, KWS, líder mundial en producción de semillas de remolacha, trabaja junto al INTA y un grupo de 12 productores argentinos en su investigación.
La remolacha forrajera es un cultivo muy versátil, que se adapta a suelos salinos y a diferentes ambientes. Se trata de una forrajera con gran potencial para la Argentina.
La remolacha forrajera es utilizada en la alimentación de los bovinos, debido al porcentaje de energía que puede aportar a los animales.
“A nivel mundial se siembran unas 5 millones de hectáreas de remolacha”, aseguró Alfonso Callegari, especialista de KWS, líder mundial en producción de semillas de remolacha.
“La genética de KWS tiene una participación del 60% del mercado”, expresó. Su programa de mejoramiento comenzó en 1856, cuando se fundó la compañía, y el trabajo desarrollado durante más de 150 años le permitió tener el nivel de liderazgo actual.
Tanto la remolacha forrajera como la azucarera son la misma especie. Las que hoy se utilizan como forrajeras, son aquellas que presentan atributos interesantes desde el punto de vista del consumo animal.
“La remolacha forrajera es un cultivo bianual, que ocupa el lote durante un año”
“Mayor foliosidad –fuente de la proteína–, mayor proporción de la raíz expuesta por encima del nivel del suelo y menor % de MS”, dijo el entrevistado. Estas dos últimas características facilitan el pastoreo directo.
Si bien la remolacha se adoptó durante siglos para alimentación animal, siempre fue como suplemento en pequeñas proporciones, debido a que en muchos casos se producían muertes de animales durante su consumo.
“Fue recién en 2008 que en Nueva Zelanda detectaron que la mortandad se debía a su elevado contenido energético, produciendo acidosis en los animales, derivando en su deceso”, informó Callegari.
A partir de ese momento se inició el desarrollo de una técnica denominada “transición” para generar un acostumbramiento durante aproximadamente 21 días, aumentando gradualmente el consumo de remolacha y disminuyendo el del alimento complementario, como puede ser una pastura.
“Esto provocó un significativo aumento de su uso en aquel país, pasando de sembrarse 100 hectáreas en 2008 a 75.000 en la actualidad”, explicó el referente de KWS.
Debido a que tiene un alto rendimiento, de entre 15 a 30 tnMS/ha, se produce una dilución del costo de Materia Seca (MS) producida.
Además, la otra característica de éxito en el cultivo es que posee una alta concentración energética, de 2,87 Mcal/kg MS, combinada con un buen nivel proteico, con 10 a 14% de proteína cruda en planta entera, y entre 22 y 25% en las hojas (las hojas representan un 25% del total de MS de la planta).
En el Establecimiento Don Antuco, de la localidad de Pedro Luro, en el sur bonaerense, no dejan de sorprenderse por los beneficios del cultivo en la producción de carne.
Otra ventaja que tiene es su nivel de utilización, que puede llegar hasta el 95%, luego de la transición. “Se trata de un cultivo bianual, que ocupa el lote durante 1 año”, ejemplificó el profesional. Se siembra en primavera (sep/oct) y en invierno detiene su crecimiento, pero sin perder calidad.
En la siguiente primavera se induce la floración, por lo que debe utilizarse previamente para no perder el valor nutricional de sus raíces.
“La densidad de siembra es de 100 a 120 mil semillas/ha, y tiene un período de utilización de 5 a 6 meses, que comienza a fines del otoño, época en la que suele haber un bache en la oferta forrajera”, aclaró Callegari.
La especialista Verónica Favere, investigadora del INTA Valle Medio Río Negro, explicó que en su zona hay un déficit forrajero muy marcado en invierno, y que encontraron que la remolacha tiene buen rinde y calidad balanceada.
Se trata de un cultivo muy versátil, que se adapta a suelos salinos y a diferentes ambientes. “Aquí la sembramos en suelos alcalinos -marcó- con bajo contenido de materia orgánica, buen contenido de fósforo, 5 de conductividad eléctrica y se desarrolló muy bien”.
Es bueno destacar que requiere una muy buena preparación de cama de siembra, y que debido a que la semilla es pequeña, la profundidad de siembra no debe ser mayor a 1,5 cm.
Luego de la implantación, el control de malezas es clave, ya que la remolacha es poco competitiva inicialmente.
En tanto, el productor Alejandro Perez Iturbe, referente del Establecimiento Don Antuco, de la localidad de Pedro Luro, en el sur de Buenos Aires, siembra el cultivo con satisfacción desde hace tiempo.
“Como todo alimento energético, los animales necesitan un acostumbramiento del rumen. En nuestro caso al inicio dimos acceso a 1 metro de frente por animal, con un consumo de 0,5 kg de MS por día por animal, completando con rollo o silaje“, señaló.
Para el entrevistado, “a los siete días se incrementa en medio kilo cada dos días, y este proceso de transición o acostumbramiento dura entre 20 y 25 días, hasta que comen ad libitum más 1 kg de materia seca”.
Los resultados obtenidos arrojaron una producción de 2.900 kg de carne/ha. Como desafío Perez Iturbe mencionó que prácticamente no hay antecedentes en al país, y que hay mucho por experimentar.
“Es un cultivo sensible a dumping off en primavera y no hay registrados – al momento – herbicidas específicos para remolacha”, adviertió.
Dentro de las ventajas destacó que se trata de un buen alimento para termianción, que se puede consumir en pastoreo directo, con un 98% de eficiencia de aprovechamiento.
“Con su uso obtuvimos buena calidad de carne y creemos que podría utilizarse para los animales que van a cuota Hilton. Argentina tiene ventajas climáticas, y además, una vez logrado, es un cultivo rústico, tolerante a estrés, elástico y muy tolerante a suelos salinos”, aseguró.
A su turno, Guillermo Facht, de Estancia Lolén, de la localidad bonaerense de Coronel Suárez, comentó su experiencia con este cultivo en secano.
“Creemos que puede impactar en la rentabilidad de la empresa debido a la elevada oferta de MS en el período en que el crecimiento forrajero tradicional es bajo, pudiendo triplicar la producción de un verdeo de invierno”, ejemplificó.
En su primer año de producción, obtuvo 10 toneladas de materia seca por hectárea, pero espera superarlo en el futuro y poder alcanzar las 18-20 toneladas.
KWS, el INTA y un grupo de 12 productores argentinos, continúan ensayando sobre en un alimento energético con buen contenido proteico para el ganado vacuno.
Además, Facht aseguró que “tiene la ventaja de poder distribuir su consumo desde mayo hasta septiembre, manteniendo la calidad de hoja y bulbo”.
En Estancia Lolén utilizan remolacha forrajera para la alimentación de vacas vacías para venta y de novillos de 380-400 kg que son vendidos con más de 500 kg.
“Pero la categoría que más nos interesa probar son los terneros de recría, que serán destetados y alimentados a corral durante 2 meses, luego pastorearán praderas 1,5 meses y a continuación 4,5 meses de remolacha forrajera”, explicó.
“Actualmente, hay un grupo de 12 productores de distintas regiones del país que está sembrando remolacha forrajera, tanto bajo riego como en secano”, notificó Callegari.
Es un cultivo muy versátil, que se adapta a suelos salinos y a diferentes ambientes, por lo que se cree que puede tener un gran potencial en nuestro país.
“KWS es una compañía líder mundial en la producción y comercialización de remolacha forrajera y toda esa experiencia estará disponible para los productores argentinos”, reconoció Federico Larrosa, gerente de Marca y Producto de KWS Argentina.
“Nuestro compromiso es continuar experimentando para optimizar la producción local, entender sobre la agronomía del cultivo, su densidad, fechas de siembra, fisiología y así incorporarlo a nuestra oferta de productos que actualmente incluye maíz, girasol y alfalfa”, explicó.
El ABC Rural