us tallos, altamente ramificados, soportan grandes hojas de color verde oscuro y veteadas de color púrpura. Sus flores de color rosa violáceo, púrpura o azul agrupadas en espigas largas que florecen durante todo el verano. Las hojas se utilizan de la misma forma que las de otras albahacas, en crudo o en platos cocinados, tienen un ligero sabor a pimienta y también se pueden encontrar notas alcanforadas.
Aunque puede crecer en casi cualquier tipo de suelo, el que mejor le va es un suelo rico en humus, fresco y con buen drenaje. La exposición debe ser a pleno sol, la luz y el calor fomentarán el crecimiento de la planta tanto en follaje como en sus espigas florales. Éstas resultan muy decorativas y no afectan al crecimiento de las hojas. Sobre todo en verano debemos regar con regularidad la albahaca africana.
En primavera es el momento adecuado de reproducir nuestra albahaca africana por esquejes. Cortamos unos tallos de unos 15 cm de longitud y los plantamos en una mezcla de sustrato y arena. Dejaremos sólo un par de hojas terminales. También podemos meter los tallos en agua y dejar que crezcan las raíces, cuando éstas se hayan desarrollado podremos plantar en maceta o en el suelo.
Una interesante hierba aromática de origen africano que resulta además de práctica muy decorativa por sus larga espigas florales. Es una planta que además resulta muy resistente pues no suele verse atacada por plagas ni enfermedades. Sólo hay que tener cuidado con las heladas pues no soporta temperaturas por debajo de -5ºC. Así que en invierno mejor meter la maceta de nuestra albahaca africana dentro de casa.
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