Siembra: Se utiliza la semilla para iniciar el cultivo; la siembra es directa. Para los alrededores de Buenos Aires, la época para el cultivo normal es desde septiembre y para el forzado en mediados de agosto. La densidad para la siembra manual es de 2-3 kg/ha y para la mecánica de 4-5 kilos.
Como su ciclo es corto (50-60 días), se puede realizar varias siembras en zonas que cuentan con un período libre de heladas prolongado.
El zapallo necesita un clima templado - cálido. Los zapallos necesitan un período libre de heladas de 4 a 5 meses. Las temperaturas de crecimiento mensuales medias óptimas son de 18 a 24ºC, la máxima media es de 32ºC y la mínima media es de 10ºC. La temperatura del suelo para germinación es de 35ºC cuando es
óptima, la máxima es de 37ºC y la mínima de 12ºC.
Los suelos deben ser preferentemente sueltos, bien drenados y ricos en fósforo, potasio y calcio. El pH ideal es de 5,5 a 6,8. La planta es bastante tolerante a la sequía dada su raíz pivotante, que alcanza 1,5 m de profundidad y es medianamente resistente a la salinidad del suelo. Para producción temprana son preferibles los suelos arenosos, ricos en materia orgánica.
Se hace siembra directa mediante semilla. Hay dos formas de cultivarlo: en secano y con riego.
En secano: Se puede hacer siembra a mano, marcando con un arado a 2,5 - 3 m entre líneas, y a 1,5 - 2 m cruzando. En el cruce de la arada, se siembran tres semillas por golpe. También se puede hacer siembra directa con sembradora de maíz, modificando el plato. Luego hay que ralear. Una variante es el uso de un arado de disco al que se le adiciona un tubo y un embudo. También exige raleo. Una buena distancia de plantación es 4 m entre hileras y 1 m entre plantas, lo que da una densidad de 2.500 plantas/ha.
Bajo riego: En Santiago del Estero se hace riego por inundación de pre-siembra, luego se suspende el riego, se hacen dos pasadas cruzadas de rastra de discos, una de dientes, y finalmente se pasa el tablón emparejador. Luego, se marca con arado de reja sin vertedera y se siembra a golpe a 2,5 x 2,5 m. También se puede hacer a máquina, y las distancias varían entre 2,8 - 3,0 m x 1,8 - 2 m. Durante el ciclo del cultivo; se hacen carpidas, generalmente con azada, y se aprovecha para arrimar un poco de tierra, aporcando. No se aplican riegos posteriores.
En Mendoza se siembra en octubre - noviembre, a golpes, a 1,0 - 1,5 m x 1,0 - 1,5 m. Luego se ralea dejando dos plantas por golpe. Se hace un aporque para afirmar la planta.
El órgano de iniciación es la semilla. Se efectúa la siembra directa con diversos tipos de cultivos. Normal: manual (1-1,4 x 0,5-0,6m) y mecánica (70 x 70 cm).
Forzado: se protege parte del ciclo para adelantar la cosecha.
El cultivo forzado, la protección puede ser con barandillas; se siembra cada 25 cm y luego se ralea. Otra forma es usando túneles de polietileno sembrando a 50 cm en la línea.
La cosecha se lleva a cabo a los 3-5 meses de la siembra, según los cultivares. Se realiza 3 - 7 días después del cuajado de la flor; los frutos tienen 5-10 cm de diámetro (zapallito redondo) y 10-15 cm de longitud (zapallito largo).
La cosecha dura un mes y medio. Se debe cosechar los zapallitos, aunque ya estén pasados, para tener un buen rendimiento. Esto se debe a que la presencia del fruto inhibe la producción de flores femeninas.
Los cultivares que se cultivan para “primicia” (Inglés en Santiago del Estero) se los cosecha antes de llegar a plena madurez, a mitad o ¾ de cáscara, o sea cuando se puede hincar la uña. Los zapallos que van a conservarse, se los cosecha cuando el follaje se ha helado y la corteza es bien dura.
La cosecha se realiza en forma manual.
Se cosecha el fruto dejando un trozo de pedúnculo para una conservación más adecuada.
El rendimiento varía entre 5.000 – 6.000 unidades por hectárea, considerando como bueno en la zona de riego, y 2.000 en la zona de secano.
La comercialización se lleva a cabo mediante cajón torito y jaulas.
Para mejorar la calidad se puede realizar la práctica de “curado”, donde se somete al zapallo recién cosechado a 27-30ºC y 80% de humedad relativa durante los 10 días. Luego se mantiene los frutos a 10-15ºC y 50-70% de humedad.
Es importante la conservación y almacenamiento de la cosecha. Para ello es prioritario contar con una mercadería con muy buen estado sanitario.
Los zapallos que van a conservarse (Criollo crespo en Mendoza) deben tener la corteza bien dura, de manera que la uña no la raye.
Se amontona los zapallos a campo eligiéndolos de acuerdo con el tamaño y la madurez; se los cubre con material vegetal seco y se los deja hasta que el acopiador los retira.
Como en Mendoza el invierno es seco, se los puede conservar allí a campo.
Una buena conservación también se logra si se apila bajo tinglado, colocando sobre un entabillado de madera 1 o 2 camas de zapallos.
Básicamente se consideran dos tipos de envases según su permeabilidad al agua: permeables e impermeables. Los envases permeables usados en zapallo son polietileno perforado y los de arpillera plástica. Son envases aptos para conservar durante corto tiempo y en áreas de baja humedad relativa. Los envases impermeables más usados son los de hojalata y los de láminas de aluminio. Estos permiten conservar la calidad fisiológica de las semillas durante más tiempo cuando las condiciones de humedad ambiental son elevadas. Con estos envases se debe tener mucha precaución en el control de la humedad de las semillas al momento de envasado, no debiendo superar el 7,4%. El contenido de semillas de los envases normalmente es de 0,5-1,0 kg, aunque se pueden emplear también otros de mayor capacidad. Las semillas envasadas se deben mantener en un lugar fresco (15-20 °C) y seco (humedad relativa cercana al 50%).
El Zapallo es una hortaliza de alto valor social y económico para la Argentina, que tiene la posibilidad de abastecer el mercado nacional durante todo el año. Además de contar con zonas que permiten producciones tempranas, tardías y de contra-estación entre el norte y el sur del país, posee algunas con excelentes condiciones ambientales naturales de temperatura y humedad para la conservación por períodos prolongados.
La superficie cultivada con zapallo en la Argentina varía significativamente influida por los cambios en los hábitos de producción y consumo, aumentos de los rendimientos por unidad de superficie y la revalorización de la producción por la difusión de nuevas cultivares de mayor uniformidad y mejores características de frutos.
Las principales provincias productoras de Zapallo son: Salta, Buenos Aires, Córdoba, Tucumán, Mendoza, Misiones, Corrientes, Santa Fé, Río Negro. Otras de menor importancia son: Santiago del Estero, Catamarca, Chaco y Formosa.
SINAVIMO