El emprendimiento está encabezado por Juan Patricio Pardo, quien en 2015 creó junto a su socio, Roberto Pacheco, materia prima que reemplaza a la madera tradicional con un símil hecho con plásticos descartados y cáscara de arroz. Se trata de un producto 100% argentino, elaborado en una fábrica de la localidad de La Plata; un galpón de 1.000 metros cuadrados donde se procesan 60 toneladas mensuales de este revolucionario material.
La madera ecológica se obtiene gracias a la recuperación de materiales que no se reciclan: polietileno, film transparente –con el que los horticultores cubren los vegetales en el cinturón productivo de La Plata–, polipropileno –bolsones utilizados en la construcción– y cáscara de arroz que permanece en las máquinas de pelar granos.
Es interesante destacar cómo lograron articular el trabajo con una red de recolectores de la zona para reunir el polietileno y, al mismo tiempo, hicieron posible la inclusión de los mismos como trabajadores formales.
Las cáscaras de arroz provienen del norte de la Argentina y se procesan con una máquina que fue creada por el germano-brasileño Carlos Flister, socio aliado de esta empresa.
La llamada ‘madera tecnológica’ soluciona los problemas que presentan las maderas tradicionales al estar a la intemperie, ya que resiste cualquier condición climática; no absorbe humedad, evitando la acumulación de hongos; no es atacada por insectos; y no genera astillas, lo que permite caminar descalzo sin correr riesgo de pincharse.
Es fácil de instalar, ya que se utilizan las mismas herramientas que en maderas duras. Puede ser clavada o atornillada, sin necesidad de costosos accesorios. Es ideal para colocar con clavadoras neumáticas con clavos sin cabezas que quedan invisibles y no necesitan ser tapinados como los tornillos, bajando considerablemente los gastos de instalación.
Puede ser utilizada en la construcción de decks, siding, tejuelas para techos, muebles de jardín, mesas y bancos para exterior, juegos para chicos, cerramientos y canteros, entre otros.
El producto es 100 % reciclable y amigable con el medio ambiente. La madera tecnológica es cinco veces más ecológica, ya que no se le aplica ningún tipo de químicos, a diferencia de las maderas tratadas con CCA –cromo, cobre y arsénico– que son altamente contaminantes. El proceso de elaboración es limpio y amigable con el medio ambiente, debido a que los productos plásticos que se utilizan para su fabricación evitan que se entierren o queden al aire libre miles de toneladas que tardan más de 500 años en degradarse.
Esta madera tecnológica promueve el reciclaje, dado que por cada metro cuadrado de madera se reutilizan 15 kg de plásticos desechados por otras industrias. El proceso de industrialización es limpio, no genera residuos sólidos, gaseosos ni líquidos. De esta manera se evita la tala de árboles autóctonos que tardan más de 100 años en desarrollarse, motivo por el cual nadie los planta, y nuestro planeta tiene cada vez menos bosques.