Centeno, el cereal fuente de salud

rigo, cebada y centeno. Los tres grandes cereales que dieron lugar a la revolución agrícola allá por la lejana Edad del Bronce. El centeno ha acompañado a la humanidad desde entonces, debido tanto a la facilidad de su cultivo como por sus grandes aportes a nuestra dieta. Si bien ha sido eclipsado por el trigo, su consumo ha logrado un cierto repunte durante los últimos años.

Del grano del centeno se obtiene harina, con la que podemos realizar numerosos productos derivados. El más conocido por todos es el pan de centeno, un pan de característico color marrón oscuro y gran densidad, pero también podemos encontrar otros preparados, como pueden ser galletas, magdalenas, etc. También es posible elaborar bebidas alcohólicas con el centeno, incluyendo cerveza o vodka.

Pero el centeno posee, además, ciertas propiedades que son beneficiosas para nuestra salud. Quizá la más conocida es su alto contenido en fibra. Esa densidad de la que hablábamos antes hace que nos saciemos enseguida y mejora nuestro tránsito intestinal.

El centeno está recomendado en dietas para diabéticos, ya que su aporte en azúcar se produce de una manera lenta y constante, evitando los picos glucémicos que produce el pan de harina de trigo. Además, evita la aparición de gases, es una buena fuente de lisina -un importante aminoácido-, y aporta una buena cantidad de hidratos de carbono.

Así pues, se considera que es bueno para prevenir problemas cardiovasculares, estomacales y de diabetes. Se usa en dietas de adelgazamiento, así como en las dedicadas al alto rendimiento deportivo. Eso sí, pese a poseer menos gluten que el trigo, sigue siendo incompatible con enfermedades como la celiaquía.

El centeno es un cereal que se está reintroduciendo en muchos países, pero que nunca ha dejado de cultivarse en zonas como el Norte y el Este de Europa, donde la tradición gastronómica siempre incluye una hogaza de este pan, bien puro o bien mezclado con un poco de harina de trigo para hacerlo más ligero.

Bon Viveur