aby Foodie revoluciona el mercado de alimentos freezados. La marca, creada en 2018, apuesta a una infancia saludable y promueve alimentos sin pesticidas ni agrotóxicos en armonía con el medio ambiente. Con un e-commerce sólido y presencia en redes sociales, estiman una proyección anual de $15 millones para el 2020.
Val Erlich y Debbie Maniowicz son las creadoras de esta original propuesta. Baby Foodie apuesta a una marca de comida para chicos con opciones saludables y prácticas para llevar a la mesa. El menú incluye chipá de queso orgánico elaborado con aceite de coco, leche de almendras, fécula de mandioca y huevos de campo; puzzles de choclo con cebolla, huevos de campo, harina integral, cilantro y polvo de hornear; y waffles de brócoli y queso con huevos, harina integral y polvo de hornear. La estrella de la marca son los nuggets de pollo orgánico, cebolla, avena, zanahoria, huevos de campo y aceite de coco.
Baby Foodie cuenta con presencia online –envíos a CABA y GBA– y offline desde marzo de 2020. Con local a la calle en el barrio de Palermo, la tienda ofrece materias primas de almacén libres de agroquímicos. Con 2.500 productos vendidos por mes, el ticket promedio por cliente es de $2.600.
- Generar redes. Gracias a los datos que le fueron pasando otros makers en ferias y eventos, Baby Foodie logró modificar su packaging, sumar materias primas, optimizar sus canales de distribución y bajar costos.
- Convertir la necesidad en una oportunidad. “Muchas veces no es cuestión de inventar algo revolucionario, sino de solucionar una necesidad de alguien”, proponen.
- Las redes como aliadas. Baby Foodie se apoya en la idea de que la marca está en continuo movimiento y son los consumidores los que están detrás de cada paso.Con 23.000 seguidores en Instagram invitan a los seguidores a opinar sobre el packaging, sugerir nuevos productos y hasta votar promos.
- Evaluar bien en qué invertir. Analizar muy bien la utilidad que se le va a dar a cada insumo o herramienta adquirida.
- Trabajar en la identidad de la marca. El camino puede ser largo hasta encontrar una sólida identidad de marca. Contratar un diseñador afín es clave.