Por qué es importante un buen medio de cultivo y un sustrato ideal?
Las plantas, al ser cultivadas en recipientes de un tamaño determinado, tienen un espacio limitado para el crecimiento de sus raíces, pero siguen teniendo grandes necesidades de nutrientes, aire, agua e iluminación. Por este motivo es que hay que buscar un sustrato que sea capaz de entregarle todo lo necesario a la planta durante el crecimiento. Ya que, estas al estar viviendo en una maceta o recipiente tienen las mismas exigencias que si estuvieran directamente en la tierra. Imagínense que estuvieran limitados a vivir en una sola habitación, y no pudieran movilizarse para encontrar las cosas que quieren.
Tendrían un desarrollo mediocre y probablemente ni siquiera podrían levantarse de sus camas. Esto mismo sucede con las plantas, si no les entregamos, al estar en una espacio determinado como lo es la maceta, ayudas y estimulantes para que puedan continuar con sus labores de absorción y entrega de energía, además de comodidad para que sus raíces tengan todo lo necesario para estimularse, tendríamos una planta que no llegará a su PIC de producción y probablemente se encuentre amenazada por los agentes patógenos varios que existen.
Características para un sustrato ideal
- El sustrato perfecto o ideal debe ser estable, es decir, no perder fácilmente sus cualidades físicas (apelmazamiento).
- Debe ser ligero, es decir con una baja densidad aparente.
- Debe tener macroporos que permitan la aireación de las raíces. Este espacio debe ser un 20% del volumen total.
- Su pH debe estar alrededor de 6-6.5 que es el ideal para casi todas las plantas (el ideal para el cannabis es entre 5,5 y 6,5).
- Tiene que ser estéril, es decir, libre de organismos patógenos para las plantas. Tiene que tener capacidad de retención de nutrientes, y
- para ello debe estar presente una materia orgánica que tenga buena capacidad de intercambio iónico.
- Debe permitir retener agua, pero sin poner en peligro la aireación. Este volumen de agua retenida debe ser el 25 % del volumen total.
- El sustrato ideal debe tener nutrientes en forma asimilable para la planta (nitrógeno, potasio, fósforo, azufre, calcio, magnesio y hierro entre los macroelementos y cobre, zinc, sodio, manganeso, boro, cloro y molibdeno entre los microelementos). Estos nutrientes, sobretodo el N, P y K, deben ser aportados mediante abonados ya que las necesidades de la planta son grandes y el espacio con sustrato de una maceta es pequeño.
Materiales empleados en la elaboración de un sustrato ideal
Existe un elevado número de materiales aptos para la formación de sustratos. En general los más conocidos son: Las turbas, los residuos
forestales (hojas y cortezas), las arenas y los materiales sintéticos (perlita, vermiculita, lana de roca, poliestireno, etc.)
Paso a paso para fabricar un sustrato ideal para tus plantas
Preparación de sustrato para esquejes Es ideal ya que retiene agua y facilita el crecimiento de raíces. Prepáralo tú mismo, así te asegurarás que no traerá semillas de malezas o patógenos que afecten un buen resultado
Paso a paso:
- Busca un recipiente limpio y junta en partes iguales turba y perlita.
- Mezcla con tus manos en forma homogénea ambos componentes.
- Luego agrega agua y reserva la preparación que utilizarás para hacer esquejes o nuevas plantas.
Consejo: Ventajas de sustrato: Mejora la estructura de suelo, evitando la compactación y el endurecimiento.
Debido a la estructura porosa de la perlita se produce el correcto desplazamiento de agua, aire y nutrientes hasta las raíces y un rápido enraizamiento, garantizando una estructura densa en raíces.
Por estas características, el riego en exceso será fácilmente drenado y la conservación de agua será una reserva en el caso de que el riego sea deficiente.
Multiplicación de plantas
Es muy fácil. Si ya tienes el sustrato preparado, sólo escoge esa planta que quieres multiplicar.
Corta con una tijera de podar, en buenas condiciones, un tallo de la planta madre. Fíjate que esté sana y vigorosa, sigue los siguientes pasos y obtendrás una planta idéntica a la original.
Paso a paso
- Elige una maceta pequeña de diámetro y altura de 12 cms.
- Llénala con el sustrato húmedo preparado para este fin.
- Presiona con la mano levemente y compacta para retirar las posibles bolsas de aire.
- Haz un hoyo al centro retirando el exceso de sustrato si fuese necesario.
- Escoge un taño leñoso de la planta que quieras multiplicar y corta una sección o esqueje de aproximadamente 30 cms de largo, asegurándote que contenga una yema.
- Haz cortes limpios a 45° en el extremo inferir y por sobre la yema o brote de crecimiento.
- Unta con un enraizante en polvo o líquido el extremo inferior del tallo, así estimularás la formación de raíces.
- Vuelve a tu maceta e introduce el esqueje por el extremo inferior en el centro.
- Rellena el orificio con el mismo sustrato.
- Presiona suavemente con los dedos de tu mano para fijar el esqueje en el sustrato.
- Riega abundantemente en forma suave.
- No olvides mantener húmeda la tierra. Al cabo de un tiempo, en temporada de crecimiento, aparecerán las primeras hojas.
- Si retiras la nueva planta verás como ya ha enraizado y está lista para ser reubicada.
Preparación de compost
Convierte restos orgánicos en nutrientes para el jardín
Es la solución más económica y saludable para tus plantas. Al fabricar abono orgánico estás entregándole nutrientes como nitrógeno, fósforo, potasio, magnesio, calcio, hierro y otros oligoelementos necesarios para que tus árboles, herbáceas y flores crezcan vigorosas y sanas.
Paso a paso
- Depósito para compost: Compra o fabrica un buen depósito, puede ser de madera, plástico o malla metálica. Verifica que dispone de una buena ventilación en todos los costados y parte inferior. Ubícala en un rincón del jardín.
- Junta todos los residuos vegetales que generan en el jardín como hojas, ramas o malezas. Además, el césped de que has cortado, incorpóralos junto a los residuos domésticos orgánicos como cáscaras de huevo, restos de frutas y verduras.
- Revuelve todo en forma homogénea con una horqueta o pala.
- Introduce la mezcla en la compostera. Riega con regularidad cada aproximadamente tres semanas para mantener constante la humedad. También puedes incorporar productos que aceleran el proceso de descomposición.
- Después de algunos meses tienen el compost listo para ser repartido en tu jardín.
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