l factor económico es un aspecto clave en la decisión de siembra de legumbres y, hoy en día, nadie duda que el trigo tenga un margen económico mejor que la arveja.
Sin embargo, los especialistas consideran que esta ecuación cambia cuando se incluyen los márgenes de un cultivo de verano. En concreto, citan estudios preliminares que demostrarían que los resultados de las secuencias legumbre-maíz o legumbre-soja superan ampliamente al trigo-maíz o trigo-soja de segunda.
El área de lenteja en la Argentina, siempre se circunscribió al departamento Rosario y Constitución dentro de la provincia de Santa Fe, y muy poca cantidad fuera de esta área. El sudeste de Buenos Aires también en esta campaña es testigo de la siembra aunque en cantidades menores.
Respecto a arvejas, varios proveedores de semillas admitieron que la demanda fue muy buena y hasta muchos se animan a marcar que se agotraron los stocks de semillas. Por el momento, no hay un cálculo establecido en nuestro país sobre las hectáreas de arvejas implantadas, pero según manifestó el ingeniero agrónomo Gabriel Prieto, referente del INTA Arroyo Seco, se espera una producción notable siempre y cuando el clima acompañe.
“Las legumbres no tuvieron sobresaltos desde su implantación, tanto lentejas como arvejas se encuentran avanzados en su desarrollo con absoluta normalidad”, explicó el referente en legumbres.
En la zona núcleo, principalmente centro y sur de la provincia de Buenos Aires, todavía hay lotes de arvejas que se están sembrando.
Para Prieto, las legumbres no son una alternativa a los cultivos invernales, sino un complemento a las rotaciones.
“Observamos en los relevamientos que hacemos a campo, que un 70% del área agrícola nacional no se siembra en el invierno; por eso creemos que hay que aprovechar este dato y volcar a las rotaciones un cultivo de legumbres como lenteja o arvejas”, explicó.
El especialista reconoce que, de este modo, no es una competencia para el trigo, sino que por el contrario puede sumarle más hectáreas a los cultivos de invierno. “En las zonas que trabajamos desde INTA Arroyo Seco, desde el sur de Santa Fe hasta el Norte de Buenos Aires, hay más de un millón de hectáreas que quedan sin sembrar en el invierno, las cuales tranquilamente podrían ser destinadas a cultivos de legumbres”, sostuvo.
Consultado sobre el porqué los productores no se siembran esas áreas, el ingeniero agrónomo explicó que parte de la respuesta puede ser que la mayoría de esas hectáreas que quedan sin sembrar se realizan en campos de terceros bajo contrato de aquiler. Pero también marcó que la falta de financiamiento y las elevadas tasas de interés hacen lo suyo para que queden sin sembrarse muchos lotes en el periodo invernal.
“Se observa muy buena cantidad de lenteja implantada en esas regiones, lo que genera buenas expectativas, no obstante se verá en el momento de la cosecha si es que tiene calidad o no”, explicó.
Si bien el área para implantarla sobra, lo que todavía no está claro es el mercado exportador. En ese sentido, Prieto remarcó que no hay destino para un volumen tan chico de arvejas y lentejas y señaló que hay un problema muy preocupante: el de las retenciones. “Los competidores que tenemos en el mundo no tienen retenciones a las legumbres, nosotros sí, esto hace que no seamos competitivos para exportar”, dijo.
Vale aclarar que el de las legumbres es un mercado mundial de 10 millones de toneladas y nuestro país produce solo 80 mil toneladas. Se puede crecer mucho más como país productor pero casi no hay que tener en cuenta a la exportación, sino más bien el mercado interno, no solo humano, sino también como componente de la dieta animal.
“La dieta animal con arveja y lenteja puede mover la aguja de siembra en nuestro país porque ya está demostrada su gran adaptabilidad a la alimentación de bovinos de carne y leche, cerdos y aves, entre otras producciones”, concluyó Prieto.
ABC Rural