Chile busca fortalecer su liderazgo mundial en fruticultura creando sus propias variedades

Chile es el principal productor y exportador de frutas del hemisferio sur, líder en exportación de cerezas, uvas, arándanos y nueces en el sector frutas frescas y frutos secos; en procesados

Chile busca fortalecer su liderazgo mundial en fruticultura creando sus propias variedades
jueves 10 de diciembre de 2020
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roduce y exporta más de 50 diferentes especies frutales y además, hoy, luego de varios años desarrollando mejoras genéticas, logró entrar al mercado con sus propias variedades de frutas 100% desarrolladas en Chile.

Se trata de nuevas variedades llamadas Serie Andes Nec, MaylenÒ y Santas, correspondientes a nectarinas de piel roja, uva de mesa negra sin semilla y frambuesas de mayor tamaño, respectivamente.

Estas variedades, junto con otras que vienen en camino, han sido desarrolladas por los Programas de Mejoramiento Genético Frutal y los Programas Consorcios Tecnológicos, apoyados por CORFO en un esfuerzo de largo aliento.

La Serie Andes Nec fue desarrollada por la Universidad de Chile y la uva MaylenÒ por el INIA, ambas con el apoyo del Consorcio Biofrutales, mientras que las frambuesas fueron creadas por la Universidad Católica y el Consorcio Tecnológico de la Fruta de Asoex.

Tras más de dos décadas de trabajo, los resultados de los programas de mejoramiento genético ya son palpables. En efecto, durante los últimos años, un 25% de las plantas de nectarinos que se venden en Chile son de la línea AndesNec, las que ya completan 550 hectáreas. MaylenÒ por su parte supera las 400 hectáreas y se prepara para nuevas plantaciones, mientras que las frambuesas han sido plantadas 110 hectáreas en cerca de 400 pequeños productores.

“No cabe duda que Chile está demostrando al mundo y se está demostrando a sí mismo que somos capaces de trabajar colaborativamente, con visión de país, y generar resultados notables. En CORFO hemos hecho un gran esfuerzo por apoyar y acompañar estos desarrollos, pero también otras agencias de innovación han sido parte de estos logros. La colaboración que necesitamos para consolidar este esfuerzo requiere de todos, del Estado, la academia, la industria y la sociedad”, comentó Macarena Aljaro, Directora de Programas Tecnológicos de CORFO.

Esta visión es compartida por el sector privado. “Veinticinco años atrás nos costaba convencernos que fuéramos capaces de crear y desarrollar variedades propias. En este esfuerzo la capacidad de nuestros investigadores y el apoyo del sector privado han sido fundamentales. Pero sin el apoyo del Estado esto no hubiera sido posible”, señaló Sergio Maureira, Gerente del Consorcio Tecnológico de la Fruta.

 

Mercados lejanos

Tanto la Serie Andes Nec y MaylenÒ son capaces de resistir en óptimas condiciones los largos trayectos que deben recorrer los envíos chilenos hacia sus mercados; que en el caso de Europa son 25 días y en el de China hasta 40.

“La aceptación comercial de estos nectarines ha superado nuestras expectativas iniciales, lo que nos llena de orgullo. Todos tienen muy buena vida de postcosecha, sobre 35 días, comparados con los 15 o a lo más 20 de las variedades antiguas, que por cierto no habían sido desarrolladas para largos almacenajes”, explicó Carolina Kusch, jefa de la unidad de transferencia y propiedad intelectual del Laboratorio de mejoramiento genético y calidad de la fruta de la Facultad de Ciencias Agronómicas de la Universidad de Chile, entidad que desarrolló la línea de nectarines Andes Nec.

Por su parte, la uva MaylenÒ, desarrollada por el INIA y el Consorcio Biofrutales, hasta la temporada 2019-2020 ha exportado cerca de 1,2 millones de cajas de fruta. Esta uva de mesa negra, sin semilla, de sabor dulce y excelente vida de postcosecha, puede permanecer hasta 90 días en frío en perfectas condiciones y resistiendo viajes prolongados.

 

Acercando la genética a la agricultura familiar campesina

Santa Teresa, Santa Clara y Santa Catalina son las tres variedades de frambuesas creadas por el Consorcio Tecnológico de la Fruta en conjunto con la Universidad Católica.

Las Santas destacan por ser más dulces, más grandes y porque sus plantas son remontantes, lo que permite aprovechar dos cosechas en la temporada.

Ya han sido plantadas entre Santo Domingo y la Araucanía en predios de pequeños productores. Los rendimientos de estas variedades están en torno a las 20 toneladas por hectárea, versus los 8 o 9 de las variedades que tradicionalmente se han plantado en Chile. A eso agregan un alto IQF (Individually Quick Frozen), en torno al 80%, índice que indica las propiedades de congelamiento de la fruta, rasgo muy buscado por la agroindustria.

“El caso de las Santas es muy interesante, porque se trata de cultivos que en buena parte están en manos de pequeños productores, por lo que son un recurso genético que contribuye al desarrollo de la agricultura familiar campesina; pero también ha tenido acogida en productores españoles con quienes ya estamos trabajando desde hace algunos años”, señaló Sergio Maureira, Gerente del Consorcio Tecnológico de la Fruta.

 

Competitividad de la fruticultura nacional

Según datos entregados por Odepa-Ciren, en los últimos 20 años, la superficie plantada con frutales ha aumentado a una tasa media anual de 3,2%.

En términos económicos, las cifras del Banco Central informan que en 2018 el PIB de Chile alcanzó $147.809 miles de millones de pesos chilenos. La participación del sector silvoagropecuario en la economía total del país promedia 2,9% del PIB, donde la fruticultura es la actividad que más contribuye, representando 33% del valor agregado. La pandemia del Covid-19 que afecta el mundo ha dejado en evidencia la importancia de este rubro, que no se ha detenido y que continúa generando empleo.

Para Rodrigo Cruzat, gerente del Consorcio Biofrutales, el desarrollo de estas nuevas variedades, y las que vienen en camino, será clave para mantener la competitividad del sector.

“Esta industria no puede depender únicamente de genética extranjera y era hora de que nos hiciéramos cargo como país. No podemos olvidarnos que el sector frutícola tiene actividad en casi todas las regiones del país, genera empleos permanentes y mucho empleo temporal, integrado mayormente por pequeños y medianos productores, es un sector que sin duda será clave para la reactivación regional y nacional”, concluyó.

 

Agrositio



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