s preocupante la aparición de focos de Anemia Infecciosa Equina (AIE) en la provincia de Buenos Aires (Lincoln y General Alvear) y en Santa Fe (Teodelina) con un total de 76 caballos afectados, aunque de ese total, 71 corresponden a dos establecimientos de Buenos Aires. A través de los años, se observa que el virus ha desarrollado un significativo crecimiento en varias zonas.
La AIE, una enfermedad que afecta a la especie equina, es causada por un virus y con un período de incubación de 1 a 3 semanas. Los animales enfermos presentan fiebre intermitente, pérdida de peso, debilidad creciente, generalmente acompañada de una anemia de grado variable, mayor tendencia a las hemorragias y formación de edemas.
Pueden existir caballos sin sintomatología, a los que se denomina “portadores asintomáticos”, que parece estuvieran sanos, pero que tienen la capacidad de contagiar a otros equinos.
Normalmente, la AIE se extiende en forma lenta y esporádica, aunque pueden presentarse como epidemias o epizootias cuando las circunstancias son favorables para su transmisión, como: abundancia de insectos picadores (principalmente verano y otoño) o el empleo de agujas y elementos quirúrgicos no esterilizados.
La transmisión se realiza cuando se inyecta o introduce sangre, aún en pequeños volúmenes, de un animal enfermo o portador a uno sano.
El diagnóstico se efectúa por la sintomatología o por un análisis de sangre llamado Test de Coggins. El pronóstico es desfavorable, porque esta enfermedad no tiene tratamiento alguno, ni tampoco existe una vacuna para proteger su aparición.
Como la enfermedad no tiene cura en el équido contagiado, el cuidado y la prevención son imprescindibles para proteger a los animales. Como profilaxis, es muy importante realizar lo siguiente:
Es necesario tomar todas las precauciones posibles porque eso evitará el ingreso de la enfermedad a un grupo sano.
El ABC Rural