l sorgo recupera suelos degradados mejorando su calidad física, y aporta balance de carbono. Aunque es indiscutible que el maíz es el principal cultivo forrajero de verano, el sorgo va ganando protagonismo en las dietas ganaderas tanto por su calidad y aporte nutritivo, como por su estabilidad productiva en ambientes variados y versatilidad en sus usos.
El sorgo presenta algunas ventajas como su alta eficiencia fotosintética y altos niveles de acumulación de materia seca, tiene posibilidad de desarrollarse muy bien en sitios con altas temperaturas y con elevado déficit hídrico. Además, cuenta con una característica de no senescencia “stay green” que garantiza un cultivo verde por más tiempo y una variabilidad genética que permite obtener diferentes biotipos, lo que representa un seguro en el sistema productivo, si se adecua su manejo y utilización.
La variabilidad genética permite optar por diferentes opciones según qué calidad de forraje y el momento en que se utilice.
Por un lado, el sorgo forrajero típico es el tipo Sudan, que tiene un alto macollaje y rebrote – lo que posibilita tres o más pastoreos –, y que tiene menos de 10% de panoja, ideal para pastoreo directo. Tradicionalmente, en el pastoreo de sorgo se ingresan los animales cuando el cultivo tiene entre 60-70 cm de altura y es importante evitar que los animales corran riesgo de intoxicación con compuestos ciangénicos, cuyo problema suele agudizarse cuando se presentan altas temperaturas o sequías. Si bien los glucósidos cianogénicos son inofensivos, se vuelven tóxicos cuando son atacados por una enzima que puede estar presenten en la planta y que libera el ácido cianhídrico (HCN). Al respecto, hay estudios en la Argentina que consideran que una dosis letal de HCN para bovinos se presenta con la ingesta de 2 mg/Kg de peso vivo.
Para detectar la presencia de cianhídrico es recomendable hacer el análisis con la reacción de Guignard que permitirá realizar un pastoreo anticipado a las dos semanas o 20 cm de altura y así estimular el macollaje.
En segundo lugar, están los forrajeros fotosensitivos que florecen muy tardíamente después de abril y tienen un crecimiento casi indeterminado con una alta producción de hojas.
Por otro lado, existen los Azucarados que tienen mayor contenido de azúcares en tallos y los sorgos sileros que tienen entre un 10 a 30 % de grano y la planta verde al momento de cortar, picar y ensilar.
Por último, se encuentran los sorgos doble propósito que tienen entre 30 y 40 % de grano apto para ensilar; los graníferos con un contenido entre 40 y hasta 50 % de grano, y los sorgos BMR o de nervadura marrón que tienen incorporada esa característica fenotípica y la particularidad de presentar menor contenido de lignina y, por consiguiente, mejor digestibilidad de la fibra.
En Valle Inferior y en Valle Medio, el sorgo se siembra a partir de mediados de noviembre y es importante tener en cuenta algunas consideraciones para su cultivo y su incorporación en la dieta animal.
Si el sorgo es usado para silaje es necesario considerar que un mayor porcentaje de granos, mejora su calidad porque aporta almidón del endosperma, aumenta la digestibilidad del forraje conservado y su energía. En estos casos se recomienda crackear el grano para que no pase como grano entero en su digestión.
Por otra parte, al momento de elegir un biotipo para ensilar es necesario tener en cuenta la categoría de animal, por ejemplo, para recría, tambo o terminación, debe seleccionarse aquel que aporte calidad con mayor contenido de grano. En el caso de vacas en mantenimiento, se seleccionarán los que brinden mayor volumen y fibra. Para diferido se recomiendan los sorgos azucarados o BMR o doble propósito BMR o fotosensitivos, para asegurar mayor calidad a fines de otoño o entrado el invierno.
El sorgo, es una planta que tiene la capacidad de recuperar suelos degradados, aporta balance de carbono y mejora la calidad física del suelo gracias a su sistema radicular. Es un cultivo que tiene mejor respuesta en condiciones edafo-climáticas limitantes y brinda estabilidad de rendimientos en situaciones productivas de menor potencialidad. Requiere 30 % menos de agua que el maíz, su consumo es más eficiente y se adapta a limitantes edáficas, especialmente en áreas asociadas a proximidad de la capa freática y a altos contenidos de sales solubles y/o sodio intercambiable.
Entre todas sus virtudes, el sorgo es una buena elección en cuanto a su versatilidad, a su estabilidad productiva en ambientes variados y a que insume menores costos de materia seca.
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