on apenas 8 potreros, agua únicamente en un rincón del campo, un capital limitado y más dudas que certezas comenzó a emprender su camino como productora. Hoy se anima a compartirnos su experiencia y nos detalla cómo fue el proceso y cuál fue la evolución del campo desde que ella está al frente del establecimiento.
Asesorarse e intercambiar experiencias con otros productores solo puede aportar valor y confianza a la hora de tener que tomar decisiones, y este caso no fue la excepción. Gracias a estos 2 factores, Stefanía pudo empezar a organizar muy de a poco el campo, realizar algunas divisiones, tajamares y pasturas sembradas para empezar a encaminar de a poco el campo hacia un sistema más rentable y sustentable.
Sin duda que de cada crisis surge una oportunidad, y en este caso más que aplica está muy buena frase de A. Einstein. La seca del 2017-18 los golpeó muy fuerte y las mejoras que se habían hecho no lograron frenar esa crisis. Ése fue el punto de inflexión y el motor que impulsó a Stefanía a tomar una decisión más drástica: muchos potreros, agua en la parcela y rotaciones con descansos.
Aquellos 8 potreros se transformaron en 86 (con el objetivo de llegar a los 200), aquella aguada solamente en un rincón de campo se transformó en 50 bebederos y aquellos potreros de 200 hás se transformaron en parcelas de 3 a 7 hás. ¿Porqué? Porque si no cambiaba, los resultados iban a seguir siendo siempre los mismos, y como pasa en la mayoría de los casos, de cada crisis surge una oportunidad.
Se tomaron como parámetros para el diseño de agua en la parcela un rodeo de 2000 animales. El consumo máximo de agua se estimó en 80 lts/día considerando que el 100% será consumido en el área de pastoreo.
Se estima que el caudal que debe bombearse al sistema es de 6.500 lts/hr mediante una bomba centrífuga sumergible con una carga de 6,0 kg/cm2 para lograr un buen reabastecimiento.
Se instalaron dos tanques australianos de 50.000 lts en zona elevada como apoyo por los días de corte de luz.
Hoy en día, se tienen en total 56 bebederos, 7 tajamares además de las aguadas naturales.
El manejo se basa en hacerlo lo más racional posible obedeciendo a factores productivos y ambientales, buscando rotaciones “amigables” entre las pasturas, el suelo y el animal.
Dentro de área intensiva se hacen cambios diarios o máximo de 3 días con descansos acordes a la estación (Días aproximados: primavera 25 días, otoño 40 e invierno 60, en verano se cierran) acercándose a la metodología Voisin la cual prioriza el confort animal y la correcta utilización de las pasturas.
Otro aspecto de gran importancia es que el ganado deja de acceder a la fuente da agua (cañada, arroyo, tajamar, etc) teniendo acceso al agua únicamente mediante bebederos, lo que permite conservar la calidad de agua y repercute muy positivamente en las ganancias de los animales. (Hoy en día se manejan 91 parcelas para el lote de invernada).
En el área de campo natural, las divisiones son de 7há y se destina principalmente al rodeo de cría siendo la permanencia en las mismas de 3 a 7 días. (Hoy en día se manejan 21 parcelas para esta categoría más alguna de las forestaciones).
Las pasturas respondieron al instante al manejo, y el campo natural hoy en día es el que mejor evolución ha tenido. Si hay un tema que hemos escuchado es el poder de resiliencia que tiene nuestro campo natural, y este es un muy buen ejemplo
Potreros: de 8 a 86 potreros en 2 años (200 potreros proyecto final).
Producción: de 70kg/há a 180 kg/há.
Carga: 0,86 UG/há.
Preñez: 87%.
Parcelas: de 7 hás con la idea de ocupaciones de 3 días para que el cambio sea paulatino y no comer el rebrote (esas parcelas ya se están dividiendo al medio con piolín).
Pasó de 2 tajamares y un arroyo únicamente como bebida a tener 50 bebederos con agua en todas las parcelas.
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