Las plantas medicinales pueden ayudarnos con pequeñas dolencias, son fáciles de utilizar y no requieren mucho esfuerzo a la hora de cultivarlas y recolectarlas. La experta en fitomedicina María Florencia Fasanella seleccionó las plantas que tenemos que tener en cuenta a la hora de armar un herbario.
La lavanda se caracteriza por sus propiedades calmantes. Su aceite esencial es muy beneficioso para la salud. Se prepara en infusión, para dolores de cabeza ingerir tres veces al día. Se recomienda ingerir antes de acostarte para ayudarte a aliviar el insomnio. También resulta apropiada como digestivo tras la comida. Además, su aceite puro se aplica sobre picaduras o mordeduras de insectos, en masajes para contracturas musculares y como enjuague capilar.
La manzanilla se utiliza para desórdenes digestivos o nerviosos, así como para ungüentos antiinflamatorios. Se prepara en infusión como digestivo y para el insomnio. Es una hierba suave que se puede utilizar también en niños en dosis reducidas. Además, se puede aplicar en inhalaciones o vapores, añadiendo cinco gotas de aceite esencial en una taza de agua hirviendo para combatir la fiebre del heno o el asma leve.
La raíz, macerada en alcohol alcanforado rebajado con agua y aplicada en compresas en la nuca y la frente, es muy útil contra la jaqueca. Las hojas son muy buenas para los catarros. Además, es un remedio muy eficaz para calmar el escozor de las picaduras. También se pueden preparar infusiones.
Esta planta potencia las defensas ante diversas enfermedades, es eficaz para el tratamiento de úlceras y proporciona energía y vitalidad. También combate afecciones respiratorias –como gripe, tos, sinusitis, faringitis, bronquitis, dolor de garganta–, afecciones en la piel, fiebre, enfermedades de transmisión sexual y el dolor de cabeza. Asimismo, ayuda a eliminar células cancerígenas, estimular el apetito y aumentar los glóbulos blancos.
Es una hierba muy efectiva en casos de depresión. Calma las palpitaciones y reanima a las personas que sufrieron un desmayo o que están pasando por emociones violentas. Gracias a sus propiedades antiespasmódicas, alivia el dolor de panza, además de ser buena para el insomnio, el dolor de cabeza, la bronquitis, la hipertensión y los cólicos.
Tiene un alto contenido en minerales (sílice, sulfato de potasio, calcio, cinc, cloruro de potasio, magnesio, hierro, ácido oleico), vitamina C y aminoácidos. El sílice (ácido silícico) ayuda a fijar el calcio, por lo que el cuerpo puede almacenar este mineral y luego usarlo para reparar huesos, colágeno y otros tejidos orgánicos. Se la considera un buen cicatrizante, antiinflamatorio, regenerativo, diurético, detiene hemorragias. Además, es efectiva como repelente de insectos y para el control preventivo de hongos.