l cultivo del alcaucil o alcachofa, como también se lo denomina, se inició a mediados del siglo pasado, de la mano de inmigrantes italianos que aprovecharon las excepcionales condiciones naturales del cinturón hortícola de La Plata para incorporar esta producción.
Por sus características, el cultivo se circunscribe a las áreas costeras con alta influencia de mares o ríos, clima templado y precipitaciones anuales considerables (superiores a los 700 mm).
Dentro de la Argentina, la única región que cumple con todos los requisitos es el área del cinturón hortícola platense dado que, con precipitaciones medias de más de 1000 mm, clima templado con muy alta humedad relativa e influencia de la región costera del Río de La Plata, reúne condiciones ideales no sólo para el desarrollo vegetativo del cultivo sino también para el momento de la cosecha, ya que el capítulo de alcaucil concentra alto contenido de humedad.
La producción de alcaucil actualmente se encuentra localizada en Villa Elvira, Los Hornos y, en menor medida, Lisandro Olmos. Históricamente la producción se concentraba en Arana.
El cultivo de alcaucil desarrollado en la Provincia de Buenos Aires posee un impacto a nivel nacional, con una participación del 93,6% del volumen total comercializado, que alcanza un valor de 1200 toneladas.
En la actualidad las 900 hectáreas implantadas con alcaucil en el cinturón hortícola de La Plata representan casi el 60% de la superficie total del país y el 90% de la superficie a nivel de la Provincia de Buenos Aires, donde el municipio de Mar del Plata posee una superficie de 150 ha, alcanzando rendimientos de hasta 14.000 Kg/ha, cifra que duplica el promedio nacional de 7.000 Kg/ha.
La incorporación de nuevos materiales genéticos mejoró el rendimiento, la calidad culinaria y amplió la oferta del alcaucil desde mayo hasta noviembre. Hoy el consumidor dispone de alcauciles de diferentes colores, formas y tamaños durante siete meses del año. La incorporación de nuevos materiales genéticos va acompañada de nuevas formas de manejo del cultivo y fertilizantes, orientadas a garantizar un uso eficiente de los recursos naturales, optando por productos selectivos en el control fitosanitario de plagas y enfermedades.
Las familias inmigrantes que comenzaron con esta actividad no sólo aportaron las técnicas de cultivo sino también su cultura y sus costumbres, difundiendo el consumo de esta hortaliza y los platos típicos, que incluyen preparaciones de alcaucil en ensaladas, cocido al horno, hervido, en escabeche, frito, en tortillas y tartas.
A continuación, una receta de bocadillos de alcauciles:
Desarrollo Agrario – Gobierno de la Provincia de Buenos Aires