Una densa mancha de petróleo de origen desconocido apareció en las costas de Brasil y contaminó 138 playas a lo largo de 2.100 kilómetros del noreste del país, generando un caos ambiental.
Marcelo Amorim, del Instituto Brasileño de Medio Ambiente (IBAMA), lo calificó como “el peor accidente ambiental en el litoral”, y alegó: “Nunca ocurrió algo así en nuestra historia”.
Por su parte, el ministro de Medio Ambiente brasileño, Ricardo Salles, comentó: “Ese petróleo que está viniendo muy probablemente de Venezuela, como dice el estudio de Petrobras, es un petróleo que vino en un barco extranjero que navegaba cerca de la costa brasileña, con derrame accidental o no”.
Según un análisis realizado en el laboratorio oceánico de la Universidad Federal de Pernambuco, el accidente debe haber ocurrido a unos 50 kilómetros de la costa; es decir, dentro de la plataforma continental brasileña, específicamente entre Joao Pessoa (Paraíba) y Recife (la capital pernambucana).
Desde el 2 de septiembre comenzaron a detectarse manchas de petróleo flotando sobre amplias zonas de la costa atlántica o cubriendo rocas y arena. Las imágenes aéreas mostraban otras manchas negras, de consistencia viscosa, flotando mar adentro, una de ellas aparentemente encima de un arrecife de coral.
Petrobras, que ayuda en las operaciones de limpieza de las playas afectadas, aseguró que el crudo vertido no es “producido ni comercializado por la empresa”, después de realizar un muestreo y análisis del material viscoso, denso y de color negro que contamina la costa de Brasil.
“Estamos teniendo una enorme dificultad para contener las manchas”, admitió Salles, quien visitó parte de la zona afectada, que incluye costas de nueve estados del noreste brasileño.
Fiscales de los nueve estados afectados presentaron una acción judicial para forzar al gobierno federal a activar un plan nacional de contingencia para hacer frente al derrame de petróleo.
El gobierno federal “no está adoptando las medidas adecuadas en relación a este desastre ambiental”, sentenció Ramiro Rockenbach, uno de los fiscales, a la vez que remarcó que “ya es considerado el mayor en la historia del litoral brasileño, en términos de su extensión”.
Ante esto, el presidente Jair Bolsonaro pidió que se aceleraran las investigaciones, que hasta ahora no han reflejado resultados 100% precisos. Entre otras hipótesis, los investigadores de Medio Ambiente analizan la posibilidad de que la fuga provenga de un “barco fantasma” que trasportaba hidrocarburos clandestinamente para burlar el embargo impuesto por Estados Unidos a Venezuela.
De acuerdo con una simulación matemática hecha por científicos de la Universidad Federal de Río de Janeiro, el punto de partida del petróleo derramado se ubicaría a unos 700 km de la costa brasileña.
En tanto, Petróleos de Venezuela (Pdvsa) rechazó las declaraciones del ministro del Medio Ambiente de Brasil, luego de que éste responsabilizara al país petrolero del derrame.
A través de un comunicado, la compañía pública de hidrocarburos indicó que no habían recibido reporte alguno, en el que sus clientes y/o filiales informen sobre una posible avería o derrame en las cercanías de las costa brasileras, cuya distancia con sus instalaciones petroleras es de aproximadamente 6.650 km, vía marítima.
En la misma línea, el ministro de petróleo y presidente de Pdvsa, Manuel Quevedo, opinó que las acusaciones pretenden avivar las agresiones que se mantienen en contra del gobierno de Nicolás Maduro.