Moha: una forrajera que genera infinidad de oportunidades

Existen tres cultivares bien desarrollados en la Argentina: Yaguané Plus INTA, Carapé Plus INTA y Nará INTA. Este último se caracteriza por tener un ciclo más largo y producir mayor forraje

Moha: una forrajera que genera infinidad de oportunidades

En el mundo del campo se conoce a la Moha –también denominada Moha de Hungría– como una gramínea anual, estival, C4, de ciclo muy corto que, debido a su potencial de producción y acumulación de materia seca en corto período y su aptitud para henificar o ensilar, se posiciona como una de las tres reservas forrajeras estivales más aptas para las zonas húmedas, subhúmedas templadas y templado-cálidas, junto con el maíz y el sorgo.

La Moha es eficiente en el uso del agua. Dicha característica le confiere una buena tolerancia al déficit hídrico y una gran adaptación en siembras de segunda categoría o zonas de alto riesgo de sequía. Requiere suelos de franco-arenosos a franco-arcillosos, aunque muestra dificultades para la germinación en sectores arcillosos. Por lo general, se adapta bien a suelos de diversa fertilidad y rangos de acidez, pese a que prefiere que sean ligeramente ácidos y moderadamente bien drenados.

Entre sus ventajas, presenta una buena tasa de crecimiento, ya que su ciclo varía entre los 80 y 120 días, floreciendo a las 50-60 jornadas una vez iniciada la siembra. De todas maneras, esto depende del cultivar, la época de siembra, el clima y el manejo. Asimismo, su precocidad la hace apropiada para sembrar rastrojo de trigo, proporcionando en poco tiempo un forraje verde que compite con las malezas propias de cada estación.

Por otra parte, se adapta a amplios períodos de siembra y produce un rastrojo de excelente calidad, lo que la hace apropiada para anteceder cultivos tempranos de especies anuales como la avena o instalar praderas cultivadas. Además, el bajo costo de implantación, las mínimas exigencias de mantenimiento, el buen comportamiento a la sequía, su rusticidad y precocidad, hacen que sea ideal para planes de rotación o intercultivos cortos.

El momento más aconsejado para la henificación es durante el estado de panojamiento, debido a que el mismo combina una producción de forraje alta con una buena relación entre tallos, hojas y panojas. No obstante, la poca información que se tiene sobre su manejo agronómico dificulta su implementación.

En la Argentina se encuentran bien desarrollados y difundidos los cultivares de Moha denominados Yaguané Plus INTA y Carapé Plus INTA. Recientemente, se sumó uno nuevo llamado Nará INTA, que constituye la primera variedad nacional que posee cariopse de color naranja. Ésta, a su vez, es una variante muy uniforme, que es menos susceptible al vuelco, presenta un ciclo más largo y produce mayor cantidad de forraje.

En las últimas campañas se realizaron ensayos de evaluación de cultivares de Moha en distintos ambientes de la región pampeana con el objetivo de evaluar su comportamiento productivo. Dichos estudios se hicieron bajo corte, cuando la gramínea alcanzó el 90% del estado de panojamiento.

Aquí, se determinó que el potencial productivo alcanzó valores máximos por encima de los diez mil kilogramos de materia seca por hectárea (kg MS/ha) en el 75% de los casos analizados. En promedio, los valores se hallaron entre los 5.000 y 10.000 kg MS/ha.

Vale mencionar que estos números se alcanzaron mediante un manejo de cultivos adecuado, evitando la proliferación de malezas –especialmente durante la implantación– con fertilización nitrogenada.



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